Muchos rumores se han esparcido sobre el tema de seguridad en la entidad, sobre todo ayer que se hizo oficial la entrada de militares para salvaguardar a la población hidalguense y con la renuncia del Procurador, Javier Ramiro Lara.
Se especuló que la premura de dicha renuncia radica en que debe ser aprobado el nuevo nombramiento por el Congreso Local y que lo que se busca es evitar una pugna con la mercenaria bancada de MORENA, que está a punto de ingresar, otros hablan de situaciones personales que llevaron al Procurador a retirarse antes de tiempo.
Entre todo lo dicho y que falta por decir, debemos resaltar que durante el breve tiempo que fungió Javier Ramiro Lara se emitió la orden de no maquillar cifras de índices delictivos ni ocultar información sobre dichos delitos, más allá de las reservas que por ley existen.
Muy diferente al sexenio olverista que se dedicó a maquillar números para ganar el único premio que presumían: “la entidad más segura en el país”, slogan que utilizaron para ocultar los sucios movimientos financieros y saqueos a las arcas del estado por parte de los ahora indignados exfuncionarios.
Parece que el gobernador Omar Fayad Meneses sólo tuvo que recurrir a las medidas más simples para implementar una buena estrategia: la milicia, quienes ahora podrán mantener un estado más seguro y en paz, sin mentiras que sólo buscaron revender la plaza en varias ocasiones.
Por fin podremos gozar de seguridad real y no maquillada, porque también se debe agregar que existe una precaria estrategia municipal en ese sentido, lo cual podría desembocar en más cambios en dicho ramo. ¿Habrá sorpresas?
