Ha pasado inadvertida la lectura de la palestra política del peso sustantivo que tiene la capacitación pública para el empoderamiento político en el gobierno de Julio Menchaca.
Alejandro Velázquez Mendoza, titular de la Secretaría del Despacho del Gobernador, presenta una visión estratégica dentro del staff del 4º Piso, cuya preparación política deja claro que la transformación del aparato de Estado en Hidalgo no puede pasar por la impericia y la improvisación.
En este escenario, Velázquez Mendoza ha permitido apreciar para el análisis de la operación política del gobierno de Julio Menchaca, que la naturaleza multiorganizacional de la administración pública es, en todo momento, un hábitat político que no puede ser contemplado bajo una mirada aislada y única en el desempeño de las y los servidores públicos. En palabras de Alejandro Velázquez: “la capacitación evita la improvisación pública”.
Empero, el enfoque de hábitat político también presupone cadenas de resabio público. Cuando inició la administración de Julio Menchaca hubo que poner orden sobre las cadenas de servidores públicos que por décadas generaron vicios orgánicos que obstruyeron el desempeño administrativo que redunda en la ineficiencia a la atención ciudadana. Esto produjo un éxodo de aquellos servidores públicos que no se encontraban en predisposición de atender el nuevo modelo de administración para la transformación de Hidalgo.
Sobresale en este complejo escenario que figuras de meritocracia ya añejas en el vocabulario de la administración pública, como el servicio civil de carrera, no hayan alcanzado todos los ingredientes para hacer de la gestión pública un escenario de grandes realizaciones sociales y generación de oportunidades ciudadanas.
En este trazo analítico, el gobierno de Julio Menchaca ha tenido que remar a contracorriente en torno a la impericia y carencias de capacitación de los servidores públicos, por lo que se suceden los cursos remediales y programas de calidad de la administración pública como medidas que impacten tanto en la atención ciudadana como en la disminución de costos y eficiencia de procesos.
En este escenario, sobresale la aplicación de la Norma ISO 9001 para la calidad de procesos y la norma ISO 37001 medida internacional antisoborno. En ambos casos, su implementación no fue leída por la clase política como el prolegómeno de la capacitación pública como imperativo de permanencia de las y los servidores del gobierno, condición que rige para los tres poderes públicos.
Cuando entrevisté a Alejandro Velázquez, una de las aproximaciones que me pareció medular en su desenvolvimiento fue el férreo esquema de preservación del hábitat político de la transformación en Hidalgo. Percibí el impacto de la creación de la Academia de la Transformación para capacitación y formación profesional de servidores públicos de todos los niveles de gobierno; se trataba de una medida de forma y fondo en la operación política del gobierno de Julio Menchaca.
La política, como señalaba Jesús Reyes Heroles, es “forma y fondo al mismo tiempo”. Esto parecen obviarlo los personeros que subsisten en las lógicas de las viejas prácticas del antiguo régimen y, que hoy, ya no tienen cabida en el gobierno de Julio Menchaca. Su presencia obedece a dos factores anacrónicos: resabios orgánicos e infiltración política.
El hábitat político del gobierno de Julio Menchaca está por vivir una franca recomposición pública de cara a su tercer año de gestión.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.