Crisis nuclear

El ensayo nuclear realizado por Corea del Norte ha puesto en claro que ninguna potencia o medida pueden controlar la seguridad del planeta y salvaguardar a la humanidad. Las reacciones se suceden lo mismo desde la ONU que desde Estados Unidos o China, sin que en términos reales se pudiese hacer algo si algún país con poder atómico decidiera iniciar una guerra o ataque. El juego es de suma cero, el más mínimo error y estaremos contando la historia de la humanidad desde la neo edad de piedra; esto es lógico y no hay que ser pitonisa para darse cuenta. Lo cruento del caso es que la sociedad a nivel mundial se encuentra ajena del poder de las potencias y que todos habremos de morir en caso de desatarse esta mayúscula estupidez donde nadie puede ganar. Es increíble que pese a todo lo que hemos construido para tratar de crear un planeta mejor, en la mayor parte de las veces haya terminado en grandes desaciertos, incluso, cuando en apariencia se ha tratado de actuar con la mejor de las intenciones. Recordemos que, de acuerdo a las intenciones de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, las bombas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki fueron para salvar vidas evitando que se prolongara la guerra, pero arrasaron con ciudadanos del Japón que no eran militares. Qué dantescas van a resultar las palabras de Albert Einstein cuando le preguntaron qué cómo creía que resultaría la Tercera Guerra Mundial, a lo cual respondió: “¡No lo sé!, pero la Cuarta, será a piedras y palos”. Einstein sabía lo obvio, pero tan cierto como que nos encontramos ante la muerte.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.