El doble estándar político

Nada tan catastrófico como el doble discurso de los políticos en México. Salvo raras excepciones, la credibilidad es prenda perdida de los políticos debido a la inconcreción de la tarea pública, de los pesares de la demagogia y el gatopardismo que esconden los intereses de las élites, de las cuales la clase política suele ser juez y parte. Escudriñemos sobre la tipología de los políticos y sus acciones:

  1. El rastrero. Este político se caracteriza por ser un adulador, condición que Maquiavelo advirtió hace 500 años, pero en nuestros días tiene más peso porque la difusión en medios y redes sociales es mayor, y entonces la hiel de su retórica e imagen suelen torcerlo todo.
  2. El oportunista. Este perro suele andar de encargo en encargo y se sirve con la cuchara grande de las prebendas que obtiene. No trabaja ni para despeinarse y odia profundamente a sus subalternos; es una eminencia del utilitarismo político; no le interesan los principios o valores del partido en el que juega y, como los grillos, salta de partido en partido o de puesto en puesto con tal de seguir mamando la teta pública.

III.                El omnipotente. Este sujeto cree que lo puede todo, utiliza el puesto, o el fuero, para imponer su lógica, aunque sea equivocada; suele ser vertical en sus juicios y es parcelario; no le rinde cuentas a nadie; su egoísmo es mayúsculo y también se sirve del puesto, pero, en definitiva, con este cabrón no se puede ni hablar.

  1. El omnisciente. El sabelotodo, cuando es instruido por lo menos se aguantan sus mamonerías y existe un halo de verdad en sus palabras, pero cuando no lo es, la cosa toma otro matiz, porque suele ser absurdo, dogmático, abusador y no reconoce ninguna lealtad. Es un fastidio en su área de trabajo porque no hay mejor idea que la que él esboza.
  2. El omnipresente. Este pendejo es una maravilla, cree que nada se le escapa de la realidad y utiliza múltiples formas de control para hacerse presente en todas partes; crea redes de chisme y espionaje, utiliza dispositivos como cámaras ocultas y abiertas, sistemas de sonido, checadores de tiempo, hojas de ruta, visitas inesperadas y esperadas; en definitiva, es Dios en la tierra o el puesto público, lo mismo da.
  3. El resentido. Un cabrón insufrible, históricamente fue un relegado, jamás le dieron nada y cuando llega a tener un encargo público se desquita de todo y con todos. Asume que nadie tiene cualidades o valor y, por lo tanto, no se tienta el corazón para despedir o humillar a los subalternos. Es la mierda más absurda con la que te puedes topar.

VII.            El matrero. Es astuto y conoce los recovecos de la jugada política, no hace amigos sino relaciones de interés, prescinde de cualquiera y utiliza a cualquiera; está dos pasos delante de la jugada y sólo vela por el bien de él y de los pocos que quiere. No tiene lealtades, pero las exige y es ampliamente codicioso.

VIII.      El todopoderoso. La combinación de todos, es el arquetipo del tirano y el rey sol, le da la espalda a todos y su cesarismo lo hace verse como un dios; no acepta nada y rechaza la verdad, crea su propio mundo en el que envuelve la realidad social para convertirla en tumba, parque de diversiones o ilusión.

Visualiza en la historia pasada y presente estas conductas, seguro estás cerca de uno de estos políticos.

 

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.