Paradójicamente el impasse que estamos experimentando en el planeta ha roto la intimidad de lo cotidiano, nuestras relaciones externas se han visto deterioradas a su mínima expresión, al igual que la intimidad de nuestros hogares y núcleos primarios.
Pero en la proximidad de la mayor parte de las relaciones sociales que se experimentan fuera del hogar, el aislacionismo ha causado un deterioro mental de tal magnitud que en países como Estado Unidos piden a gritos que termine el confinamiento y se tomen medidas de otra índole para evitar el contagio.
Una de las consecuencias de la ruptura de la intimidad cotidiana ha sido el crecimiento de la violencia en los hogares, la cual se presenta con diferentes miembros de la familia, al tiempo que se cometen abusos de distribución de tareas o roles sociales; de igual forma, el estrés es evidente y es un síntoma de la descomposición de lo cotidiano y, por si fuera poco, se sacrifica la educación formal y el roce cultural, ya que los escenarios de educación virtual no pueden ni podrán sustituir los escenarios reales de la educación y la cultura.
La ruptura de la intimidad cotidiana y sus lógicas externas también traen trastornos de personalidad, ya que se quebrantan roles y con ello se suprimen conductas; esto asemeja a ponerle bozal a un perro que nunca lo ha tenido.
En esta perspectiva, la pandemia presenta una serie de escenarios de descomposición mental y social que no se han atendido; en el mejor de los casos nos enteramos de paliativos o estupideces en las redes sociales que se han vuelto un preescolar donde niños de todas las edades juegan y dicen idioteces, y en el mejor de los casos reproducen noticias fuera de contexto y memes.
¿Qué hacer frente a la ruptura de lo cotidiano?
No existen recetas, pero tratar de establecer diálogos y no cadenas subalternas de relación familiar es necesario para actuar de manera conjunta; atomizarse en el hogar sólo lleva a la descomposición del entorno y sus relaciones, por lo que los problemas se multiplicarán.
La ruptura de la intimidad cotidiana refleja que somos sociedades que no hemos creado entornos familiares donde se privilegien el diálogo y el entendimiento, así como colaboración solidaria para establecer no un estamento, sino una estructura de entendimiento.
Consultoría Política y lectura espiritual de Tarot: [email protected]
Citas 7711004765
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
