La pedagogía de la esclavitud

Los que me conocen en mi faceta de profesor saben que soy irónico, histriónico, ripioso y que nunca tiro la toalla, de no ser que alguno de mis alumnos me pruebe que tiene razón.

En todos estos años, siempre he pensado que impartir clases cuesta un huevo y la mitad del otro, los profesores casi quedamos eunucos en nuestra práctica, tenemos que hacer circo, maroma y teatro y, de todos modos solemos no convencer y, siendo honestos, son un pequeño grupo de estudiantes de aula en aula los que suelen aprender y desarrollar con autonomía los conocimientos que provienen de estos seres del inframundo que somos los profesores.

Siempre me negué a ser un profesor convencional, cuento chistes, me rio en clase, soy sarcástico y demencial, no me resigno a ver alumnos pasivos, me gustan los alumnos inquietos y cabrones, admiro a los que ejemplifican con maestría y me subyugan los que leen.

Empero, pese a que siempre juego con la realidad jamás he tratado, al menos no por intención expresa, de molestar o ridiculizar a un alumno; puedo no estar de acuerdo con lo que piensa o plantea, pero mi fin y cusa ultima ha sido que desarrolle desde el conocimiento una perspectiva para recrear la realidad.

Pero en Estados Unidos la maestra de nombre Patricia Cummings ha sido despedida por ejemplificar de manera histriónica, pero pasada de madre, cómo era la esclavitud en Gringolandia a través de pedirle a alumnos negros que se tiraran al suelo mientras ella los pisaba en la espalda; la recreación de la realidad trataba de ejemplificar cómo los esclavos negros que llegaron a Estados Unidos eran apilados en los barcos y maltratados.

La maestra Cummings se defendió tratando de decir que no intentó llevar el ejemplo al extremo, pero ya la había defecado y, máxime ahora que nos encontramos en un mundo que cualquier cosa que ofenda y violente sobre raza, credo, género, inclinación sexual, defectos físicos y etc., etc., etc., puede costarle a uno el cuello, cosa que hay que evaluar, porque tan racista es el que hace de la raza una forma de impugnación que el que impugna la libertad de expresión.

Sean peras o perones, ser profesor es complicado, esperemos comprensión y paciencia de nuestros alumnos.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.






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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.