Mundo pobre, miserable y desigual

El querido capitalismo nos llevó la chingada a todos y los pueblos conocimos la barbarie y a los bárbaros de la modernidad.

La podredumbre del capitalismo ha llevado a que el 5% de la población controle el 82% de la riqueza mundial, mientras más de 7 mil millones de personas viven en pobreza extrema sin que a alguien le preocupe, porque nos hemos acostumbrado y naturalizado para servir a los menos.

Cualquiera podría acusarme de izquierdoso, pero sería una pendejada ante el aplastante peso de los números de la pobreza, miseria y desigualdad social que hasta la ONU reconoce, por lo que cualquiera que sea un poquito inteligente podrá apreciar que vivimos en la mierda y en un servilismo de mierda, que hay que chingarse todos los días para conseguir los pesos que ponen comida en la mesa de nuestros hijos y sufrirla en serio para sobrevivir.

Hasta el hombre de las cavernas tenía mejor vida que nosotros, porque no tenía las falsas esperanzas del mercado y las pendejadas de que “vinimos al mundo a ser felices”, cuando en realidad la cruenta vida empuja a la mayoría a cadenas de valor que son apropiadas por un minúsculo número de cabrones que se amparan en el poder político del Estado que controlan como maquinaria.

Sí, invariablemente el control económico de quien tiene el dinero proviene del Estado, el mismo Estado que cacarea aquello del “bien común” y que en un régimen desigual como este nos advierte: “yo te garantizo las leyes para que hagas dinero y patrimonio, si tú no lo logras es porque eres muy pendejo”, aunque la realidad es otra.

El mercado no tiene lógica, puede ser inteligente y trabajador como lo es un albañil que interpreta planos de un arquitecto y construye casas y edificios y muchas veces no tiene casa propia, o bien, un campesino que cultiva sin haber estudiado agronomía y nos permite consumir a otros, mientras que ellos viven en jacales o son niños jornaleros.

Me he cansado de advertir que la pobreza no es una cuestión de inteligencia, sino de control político sistémico; los 7 mil millones de personas que viven en la pobreza no son pendejas, en realidad viven bajo el yugo de rufianes.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.