Aprovechando la inercia provocada por su polémica designación como mejor película en la pasada entrega del Oscar, se estrena comercialmente “Luz de luna”, de Barry Jenkins, que obtuvo además los premios al mejor guión adaptado y mejor actor secundario, de sus ocho nominaciones.
La historia de Tarrell Alvin McCraney está dividida en tres episodios. Inicia con Little (Alex R. Hibbert), un pequeño asustadizo y maltratado que huye de su madre drogadicta (Naomie Harris) y que encuentra una inesperada ayuda del narco cubano Juan (Mahersala Alí) y su esposa.
Con Kevin (Andre Holland), la historia varia un poco, aunque su madre sigue drogándose, y él sufriendo el bullying de sus compañeros. Juan ha muerto, él descubre su sexualidad y al fin se defiende de sus agresores, terminando en el reformatorio.
En la tercera y última parte, el antihéroe se ha convertido en el temible Black (Trevante Rhodes), un narco con dientes de tiburón que ha perdonado a su rehabilitada madre y se lanza a buscar a su amor de juventud devenido en simple cocinero.
Resulta evidente que los miembros de la Academia buscaron reivindicarse por haber ignorado en anteriores entregas el talento de color, y a las minorías, a ello hay que atribuir también el premio a Viola Davis como mejor actriz secundaria.
Moonlight es un crudo relato que seguramente aprovechará su fama para permanecer más tiempo en la cartelera comercial.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
