Otra vez Onésimo

Cuentan que Onésimo Serrano González arribó a sus oficinas gritando el nombre de una cercana colaboradora, a quien exigía le acompañara a disfrutar la amena convivencia en la que se encontraba. Quienes han convivido con él han sido testigos de su propensión a ostentarse con mujeres jóvenes a quienes, dicen, le gusta procurar regalos espléndidos; al parecer el delegado federal ha aprovechado las giras de trabajo al extranjero propias de la SEDESOL para ser acompañado por gente de dudosa reputación.

Serrano González carece de discreción, tal como se evidenció en una conferencia de prensa convocada para hablar sobre pobreza, a la que llegó luciendo un reloj cuyo costo se calcula arriba de los cien mil pesos. Seguramente declarará que se trata de un obsequio por ser la respuesta típica ante esta clase de incómodas cuestiones.

El delegado federal de la SEDESOL en Hidalgo ha sido cuestionado por el uso y destino de los recursos económicos a su cargo debido a los inmuebles construidos a beneficio personal, al tiempo que se esparcían voces señalando el cobro de “moches” a alcaldes para obtener beneficios de programas federales.

Este espacio abundó en los señalamientos de corrupción que involucran a Onésimo Serrano, quien inmediatamente reaccionó, dicen, filtrando que el subdelegado de la SEDESOL, Christian Herón Guevara Gálvez mantenía en nómina de apoyos a adultos mayores a su chofer, amigos y amigas cercanas.

Parece que fue así como Serrano González se autogeneró el motivo perfecto para salir a entrevistas múltiples a declarar su compromiso con la erradicación de la corrupción en las oficinas de las que es responsable, numerito bastante mal planeado.

El delegado federal decidió limpiar su honra saturando con su imagen medios locales y regionales; podríamos aventurarnos a cuestionar si obtuvo mayores espacios que el propio gobernador.

Al ver que su inversión publicitaria no surtió efecto, parece que decidió retomar la táctica de autoexhibir ilícitos cometidos en las oficinas de la delegación de SEDESOL, pues de pronto aparecieron denuncias ciudadanas en el mismo tenor para lavar su precaria imagen de incompetencia y corrupción, señalando a Christian Herón Guevara Gálvez como responsable del desvío de apoyos del programa para beneficiar a los adultos mayores.

Resulta que Guevara Gálvez (por cierto, casado con una descendiente de la familia Rojo García de Alba) se ha dado a la tarea de manejar recursos federales destinados a brindar apoyos mensuales –entre otros- a los adultos mayores obteniendo un beneficio propio, según dicen, a través de ocasionar la baja del programa de las personas afiliadas para más tarde retener el apoyo en cuestión.

Los promotores sociales han visto perdido el apoyo para ellos y los afiliados que encabezan, motivo por el cual se han manifestado en diversas ocasiones para reclamar abiertamente esta afectación. Claro está que Onésimo Serrano no ha salido a sostener diálogo con “nuestros viejitos de la edad de oro”, como gusta de llamarlos en un afán populachero.

Guevara Gálvez es un ex-porro que encabezó la extinta FEUH, para más tarde resguardarse bajo la protección de la familia de su esposa; cuenta con una mala reputación a cuestas desde temprana edad, cuando fue conocido por inusuales festividades, manejo de recursos económicos destinados a los estudiantes, y ningún trabajo sobresaliente.

Ahora Guevara Gálvez, nos cuentan, a través de los apoyos federales a adultos mayores ha logrado adquirir automóviles de lujo, financiado viajes a destinos nacionales e internacionales para él y sus amigos cercanos.

Es necesario señalar que el uso de las oficinas de la delegación de la SEDESOL para el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias ha sido denunciado reiteradamente en diversas ocasiones, apuntando como organizadores de estas convivencias a Onésimo Serrano y Christian Guevara.

Por increíble que parezca, este par de personajes permanece impune, continuando con actividades poco decorosas al interior de las oficinas delegacionales, así como el dudoso manejo financiero de programas. Aunque lo que causa mayor especulación es el evidente golpeteo político entre el delegado y el subdelegado de SEDESOL, que ya anteriormente se había exhibido.

¿Cuál es la finalidad? Parece que Onésimo Serrano busca entregar a un culpable para poder salir bien librado, sin hacerse responsable de sus propias conductas, vieja táctica en el sistema político mexicano.

Serrano y Guevara tienen en común los dichos sobre desvíos de recursos federales, poca capacidad y productividad como titulares, su excesiva tendencia a las bebidas etílicas, una dudosa reputación y el protectorado político como única justificación para sus conductas.

La forma irresponsable de conducirse hace cuestionar a sus protectores, que deberían vislumbrar el hecho de ubicarlos en oficios acordes a sus capacidades, no como responsables de temas delicados en materia de desarrollo social, causando una afectación a un estado completo.

Su incompetencia los inhabilita como servidores públicos, su desconocimiento de los hechos los hace ociosos, su tolerancia a estas conductas los torna cómplices y su participación activa los tipifica como delincuentes. Sin excusa, tienen responsabilidad implícita.

Hidalgo ha dado muestras de ser un estado intolerante a la corrupción, pese a todo esfuerzo los inquilinos de la delegación de SEDESOL continúan ejerciendo potestades arbitrariamente y están impunes legalmente.

Cínicamente ante los datos que son del dominio público, Onésimo Serrano intentó subirse al ring de los aspirantes a dirigentes del CDE PRI Hidalgo, ya sea por prebendas o demandas prepotentes, calificando la exhibición de las anomalías que se le imputan como un golpeteo político para derrocar sus aspiraciones.

Declaración inverosímil, pues Serrano González –contrario a su autoconceptualización- es un personaje de poca monta en la arena política, sin méritos que lo hagan destacar; es un político eternamente señalado por los mismos incidentes que lo vuelven predecible y conocido, lo cual hace que fácilmente salgan a la luz los incidentes que protagoniza.

Lo cierto es que Onésimo Serrano es una figura pública por su calidad de funcionario federal, por tanto hace tema público la preocupación por su estadía como representante de la SEDESOL en Hidalgo, es decir, la motivación es su largo haber de señalamientos que lo catapultan como uno de los personajes más corruptos y menos capaces en la escena estatal.

Y mientras la delegación de la SEDESOL no brinda los apoyos necesarios, la inseguridad continúa a la alza; tal vez las cabañas en Huasca no han sido visitadas por los ladrones, que pierden su tiempo saqueando viviendas en la capital cuando podrían obtener mejores ganancias y la indulgencia religiosa, pues dicen que “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”.