Pachuca, la ciudad del olvido municipal

Nada tan controvertido como la actual administración de la ciudad de Pachuca, pues la impotencia y la rabia ciudadana se presentan sin cesar en un momento delicado de la vida nacional e internacional frente a los estragos de la pandemia.

Los habitantes de Pachuca sienten que se han secuestrado los bienes de patrimonio público como son las calles, donde los parquímetros hacen un negocio millonario que ha dejado en indefensión el uso ciudadano del automóvil y, lo que es peor, atentan contra la paz y armonía social por la serie de desencuentros que provocan, ya que ni siquiera se excluyen los primeros cuadros de la ciudad para la instalación estos armatostes, que son un insultocontaminación visual y obstruyen el paso peatonal que se extiende a calles en franco deterioro.

Los ciudadanos que viven el síndrome de la “parquimetrocracia” no han visto que el dinero que recibe el Ayuntamiento por este concepto sirva, si no es mucho pedir, para que las calles se encuentren en óptimo estado, por el contrario, se paga parquímetro y las calles están llenas de cráteres e irregularidades indignas de un patrimonio público; es decir, los vecinos no pueden colocar sus automóviles sin costo alguno en un patrimonio como las calles, que es público y, además, deben soportar el asqueroso estado en el que se encuentran, mientras reciben dinero el gobierno y la empresa dueña de estos parquímetros.

Si lo que se pretende es ganar dinero con el patrimonio público, ¿por qué no les cobran a los pájaros por anidar en los precarios y contados árboles de la ciudad, o bien, a la infinidad de perros callejeros que atentan contra la salud pública con el excremento que dejan en las calles?

De manera colateral, tampoco vemos a los legisladores del estado de Hidalgo ampliar su horizonte de discusión sobre la ciudad como patrimonio público y no como negocio privado; más aún, no vemos que se haya hecho mayor caso a la “parquimetrocracia” como uno de tantos síndromes de desencuentro ciudadano con el patrimonio público que se les ha arrebatado, por citar algunos, como el derecho al agua potable, no al líquido que sale de la llave del agua en las casas, por el cual se paga y no es apto para consumo humano, animal o extraterrestre.

En esta serie de abusos y desaciertos sobre el patrimonio público, Pachuca, la ciudad del olvido municipal, también coexiste con el resto de las ciudades urbanas y rurales del estado, donde la urbanización como patrimonio público es deficiente en la mayor parte de los casos y sus costos no impactan en ciudades de desarrollo digno de sus habitantes, cuestión que debe, de una vez por todas, corregirse.

Pachuca, la ciudad del olvido municipal, asemeja a la Luna, llena de cráteres, pero en ella no habita ningún ser humano, en la bella de los vientos sí.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.