Una candidata al Senado tan, pero tan gris, que necesita colarse en las fotos de la más popular; una priista que en su apellido revela su poca experiencia; una dirigencia estatal morenista que irradia desconfianza; un empresario que sube como la espuma en la escena política nacional y un gobernador que, a pesar de sus detractores, cuenta con todo el respaldo de la elegida por el presidente de México.