Las horas transcurren y la espiral de violencia en México no parece tener freno, mientras la ciudadanía espera la corrección del Estado para garantizar la seguridad.
No podemos admitir que la violencia en México es producto de los desatinos de la actual administración presidencial, sino de una cadena infinita de errores acumulados desde hace décadas por un Estado que se ha corrompido, al grado que hoy existe un fenómeno de filtración y asimilación de la corrupción que no sólo invade la esfera pública: sus estelas están en negocios privados que tienen una lógica de empoderamiento a través del aparato público.
No podemos admitir la tesis de que la corrupción es un fenómeno cultural, su travesía inaudita tiene que ver con los contubernios entre el mercado y el Estado mexicano, donde la clase política y las oligarquías encontraron que la mejor parte del pastel de la corrupción es ser juez y parte, por lo que el aparato de Estado se convierte en un instrumento de los grandes negocios, los cuales, como todos los negocios, necesitan un espacio de mercado y cuando la tasa de ganancia disminuye hay, por lógica, que emigrar para abrir nuevas rutas de mercado, lo cual implica violencia.
Si revisamos la radiografía de la geo-violencia e inseguridad en América Latina, las cuestiones tienen raíces distintas de gobierno a gobierno, pero las implicaciones son las mismas: un Estado amenazado y secuestrado.
Esta aguda realidad que tiene en vilo al tejido social en México requiere una depuración de la discrecionalidad gubernamental en la toma de decisiones, para que la transparencia de los movimientos de capital público y la toma de decisiones en la organización del Estado se conviertan en una ventana de búsqueda ciudadana, donde la máxima visibilidad impere.
En este trayecto, la pérdida del control gubernamental en la dirección social en diferentes estados del país es una sombra que ha ido incrementando su espacio, al grado que no se puede calificar que nos encontramos en presencia de un Estado que salvaguarda el bien común.
Consultoría política: [email protected]. Suscríbete a mi canal de YouTube: “Ciudadanía de Kristal”.
TEXTOS RELACIONADOS:
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
