Durante la semana que pasó, este espacio emitió una fuerte crítica al poco trabajo proselitista de Alejandro González Murillo como candidato al Senado por el PANAL, que va en fórmula con la priista Nuvia Mayorga Delgado, además de asegurar que es la contadora quien sostiene todo el trabajo y esfuerzo para llegar a la Cámara Alta.
Como ya es costumbre en la clase política hidalguense, leyeron nuestra crítica y los aludidos tomaron cartas en el asunto: decidieron comprar medios en redes sociales que difundan los boletines de González Murillo, pero también encuestas y otros espacios en los que se coloca una fotografía que destaca a González Murillo por sobre Nuvia Mayorga.
Este acontecimiento hizo inevitable retomar el tema, pues la crítica no es solamente a un endeble político -porque ni siquiera puede calificarse de malo: es débil y está fuera de lugar-, sino porque gracias al efecto Mayorga Delgado podría llegar a ser senador, es decir, tendría un espacio para seguir impune y cometiendo vejaciones contra la población, fomentaría el despotismo que lo caracteriza y durante seis años la entidad no tendría acceso a un representante digno, por eso es importante el tema.
Resulta lamentable que la estrategia de prensa de “Gonzalitos” radique en tirarle tierra a quien puede hacerlo ganar y para la población es aún más sencillo: si traiciona a su compañera de fórmula para destacar, ¿qué hará con sus votantes?
Esto trae a colación la deficiencia en el área de prensa de muchos políticos o en algunos periodistas que al recibir “una botellita” escriben sendas alabanzas, dejando de lado la ética y responsabilidad, convirtiéndose en otro intento burdo de políticos.
Hidalgo necesita gente capaz y comprometida, ya no más polítiquillos que compran candidaturas.
