"¡Los pueblos no tienen memoria!", sentencia escalofriante que es usada para señalar que los pueblos no aprenden de los errores históricos y, en buena medida, de los que cometen sus gobernantes.
El cuestionamiento de fondo ante el proceso electoral de 2018 estriba en por qué la ciudadanía debe dar su confianza a la clase política no importando el color partidista, cuando ésta ha fracasado en la construcción de un país de oportunidades sociales. La respuesta, si hubiese memoria histórica, es: ¡ni madres!
Ante la serie de fracasos históricos de la clase política, por los cuales el país se ha empobrecido y donde la generación de oportunidades sociales se ha vuelto distante y asimétrica como nunca antes, no se puede admitir que la ciudadanía pueda refrendar en las urnas alguna especie de confianza en la clase política; sin embargo, la ciudadanía tiene memoria de teflón o de párvulo, con cualquier cosa se le olvida la realidad y en su mente aparecen monstruos sociales que la amenazan, al grado de ir como corderos al matadero con cara de urna.
¿Qué pruebas fehacientes tiene la ciudadanía de que esta vez las cosas ante el proceso electoral de 2018 serán distintas?
¿Qué fuerza política es capaz de moralizar a la política cuando existen pruebas de su oscuridad?
¿Cómo se puede reestructurar la probidad pública, si las pruebas de lo cotidiano apuntan a lo contrario?
La realidad es que México no será más productivo, llegue quien llegue a la Persona, y que el país no habrá de repuntar en materia económica, de seguridad, de salud, de empleo, de educación, en fin, de todas aquellas realidades que parecen preocuparle a la ciudadanía y que los políticos ofertan como posibles logros de su gestión.
México sigue siendo un país de capitalismo dependiente y en gran medida depende de la venta de su petróleo, mercado que está más que deprimido desde hace tiempo, por lo que también deprime la realidad social ante una asimetría en la distribución de la riqueza.
El panorama es más que cruento y oscuro, sin embargo la ciudadanía ha aprendido poco de su historia política. Alzheimer político.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.