Mis amigos políticos, entre las primeras y las últimas copas de la reunión, gritan al viento que AMLO-Manuelovich está hasta la madre de MORENA y que prepara asestar un mazazo con la creación de un nuevo partido político que no le haga rabiar y perder los estribos.
La idea no sólo es plausible sino probable, porque MORENA nació como un movimiento político, lo cual genera lógicas de mayor horizontalidad o menor verticalidad de control político de la cúpula, por lo que ya van varios cabrones y sectores que se han empoderado y ahora ven al pejelagarto desde las alturas y, pese a que es el líder legal, fáctico y moral, más de uno se le está saliendo del huacal.
El pedo está tan intrincado, que alguno de mis amiguitos políticos le escuchó decir a AMLO que está “cansado de los cabrones tribales y alborotadores”, lastre que se quiere quitar antes de iniciar la sucesión presidencial y, por lo tanto, la nueva estructura política partidista ya se habría planteado en petit comité, e inclusive ya se habría sondeado la defección de los morenos y las posibilidades de una asimilación de las huestes priistas descontentas o interesadas en cambiar de rumbo.
El nuevo PRI
Hace años ya se cacareaba «el nuevo PRI», tratando de advertir que el tricolor había cambiado y que no sería nunca más un partido de cúpula, pero esto no fue verdad y a la postre costó el cuello y la extinción paulatina del dinosaurio.
Sin embargo, la idea del Nuevo PRI ha resurgido en el mimetismo, muchos priistas se han pasado abiertamente a las filas de MORENA y otros lo hacen tácitamente, pero la gran sorpresa es que el nuevo partido que intenta fundar AMLO los recibiría a todos como amigos priistas, conscientes, renovados y re- articulados (recordemos que Manuelovich se formó en su cantera), por lo que la extinción del dinosaurio daría paso a un nuevo mastodonte.
Otro partido
Existen probabilidades de que AMLO forme un partido y se quite los lastres de MORENA. El presidente ya nos probó que es un político con capital propio, que no requiere de pendejos, madrinas o mecenas para caminar, y que él solo fue capaz de desmantelar al PRD, por lo que pruebas empíricas tenemos de sobra; no les extrañe ver un partido de izquierda, populista, evangélico, ecologista y aliancista, y esto quiere decir que la chiquillada también está invitada al nuevo mastodonte y gustosa se habrá de sumar.
Y después de AMLO, ¿qué?
El pejelagarto se salió con la suya, logró ser presidente y pasarse por los cojones a sus adversarios, que lo envidian y admiran; hace lo que quiere con la realidad política, así que lo único que le falta es trascender como lo hacen los políticos de la vieja guardia: dejando a su hijo pródigo, que en el caso del Peje parece ser sólo uno: Marcelito, Marcelito, Marcelito.
Consultoría Política: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
