JOSEANDO

A poco más de un mes de iniciada la campaña de la centenaria Liga Mexicana de Béisbol, los dueños de los equipos que no han funcionado han apretado el botón de pánico y han cambiado a nueve de los veinte manejadores.

Los Tigres de Quintana Roo llegaron al Alfredo Harp Helú en calidad de víctimas. Ocupaban el último lugar y habían despedido a su manager C.J. Rutherford. Sin embargo sorprendieron a los Diablos en el primer juego 12 a 6 y aunque fueron zarandeados 17 a 1 en el segundo, estuvieron a tres outs de llevarse la serie, aunque cayeron 3 a 2.

Los Olmecas de Tabasco llegaron en la calidad de víctimas al Alfredo Harp Helú, pero aunque perdieron la serie con los Diablos, les cortaron una racha de cinco victorias y estuvieron a tres outs de quedarse con la serie.

Luego de un año de jugar de visitantes, el público de los Piratas de Campeche no asiste al parque Nelson Barrera, por lo que la directiva se dio a la tarea de reforzar al equipo este año, pese a lo cual fue barrido por los Diablos Rojos en su visita al Alfredo Harp Helú, por 3 carreras a una, 12 a 7 y  11 a 7.

Convertido en el patio trasero de los Diablos Rojos debido a la multipropiedad, los Guerreros de Oaxaca se han convertido en un rival incómodo para los luciferes, como lo demostró la serie final pasada en la que llegaron a tenerlos contra la lona tres juegos a cero.

El Águila de Veracruz llegó al estadio Alfredo Harp Helú en segundo lugar, de la zona sur, pero fue barrido por los Diablos 10 a 8, 12 a 9 y 4 a 2.

Los Conspiradores de Querétaro se convirtieron en la sorpresa de la temporada pasada. Un equipo de expansión, sin estadio terminado y con múltiples carencias se las ingenió para terminar en quinto lugar con 50 ganados y 38 perdidos y calificar a la postemporada, lo que le valió a José Offerman estar considerado para manager del año.

Arrancó la temporada 2025 en la que la Liga Mexicana cumple cien años, con contradictorios mensajes.