A días de que concluya el 2025, el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tulancingo acumula tres quejas y un cuaderno de antecedentes ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), todos relacionados con fallecimientos: reos, el propio director del penal y un menor de edad.
El primer expediente se inició tras darse a conocer que el 4 de septiembre, un interno de 55 años, identificado como R.N.B., murió en el área de visita conyugal. El hombre cumplía una condena por los delitos de asalto equiparado y robo.
El 8 de septiembre, el director del Cereso, Marcos Hernández, falleció en su dormitorio por causas naturales, de acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo. Ante ello, la CDHEH abrió un cuaderno de antecedentes con folio CA-VT.TB-0088-25.
Ese mismo mes, el 22 de septiembre, ocurrió otro deceso: un hombre de 28 años, persona privada de su libertad, fue localizado sin vida en la celda número 3, suspendido del cuello. Por este hecho se inició una carpeta de investigación en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) y una queja registrada como CDHEH-VT.TB-0277-25.
Posteriormente, el 9 de octubre, murió un bebé de un año y seis meses. De acuerdo con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo, Salvador Cruz Neri, la madre del menor —una interna del penal— solicitó atención médica urgente debido a que su hijo presentaba fiebre alta y complicaciones de salud. El pequeño fue trasladado de emergencia a un hospital cercano pero llegó sin signos vitales. Por este hecho se inició una carpeta de investigación y la CDHEH integró el caso CDHEH-VT.TB-0296-25.
Según el último Diagnóstico Penitenciario de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Cereso de Tulancingo obtuvo una calificación de 6.15, derivada de problemáticas como hacinamiento, sobrepoblación, actividades ilícitas al interior y ejercicio de funciones y de autoridad por parte de personas privadas de su libertad.







