COP23, otra oportunidad para salvar la Tierra

A punto de concluir un año que estuvo marcado por fenómenos naturales que costaron la vida a miles de personas en el mundo, en Alemania comenzaron los trabajos de la 23ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23), sin la participación de Estados Unidos, país que decidió no luchar por detener el calentamiento global, pues Donald Trump consideró que este problema fue creado por China para hacer la manufactura de Estados Unidos menos competitiva y eliminar 2.7 millones de empleos.

Cabe recordar que el año pasado, los dos países que producen el 40% de los gases que provocan el efecto invernadero, China y Estados Unidos, ratificaron los Acuerdos de París sobre el cambio climático en la Cumbre del Grupo de los 20 (G20), efectuada en China. Pero ahora, con la salida de Estados Unidos y la multiplicación de los fenómenos naturales, el debate en Bonn será fuerte, ya que 2017 ha sido calificado como el año más caluroso por el fenómeno de “El Niño”.

Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señala que los últimos tres años han sido los más calurosos que ha vivido el planeta y que esto se debe a la tendencia del calentamiento global a largo plazo. “El Niño” está quemando el planeta, lo que ha hecho que 2016 y 2015 hayan tenido temperaturas muy elevadas; el fenómeno sucede cada tres a siete años, y afecta las temperaturas, las corrientes marítimas y las precipitaciones pluviales, lo cual hizo que 2017 estuviera caracterizado por violentos huracanes sin precedentes en el Caribe y en el Atlántico, así como por temperaturas de más de 50°C en Asia y sequías en África oriental.

En el marco de la COP23, los representantes de 196 países deberán ponerse de acuerdo sobre la aplicación de los Acuerdos de París, cuyo objetivo es mantener el calentamiento del planeta por debajo de 2°C o 1.5°C, si es posible, en comparación con la era preindustrial; sobre todo ahora, cuando los compromisos de los países sólo permiten aspirar a llevar la temperatura a 3°C, según estudios de los expertos, lo que obliga a redoblar los compromisos para detener el calentamiento en 1.5°C y evitar más catástrofes naturales.

La OMM ha señalado que las concentraciones en la atmosfera de los principales gases que provocan el efecto invernadero continúan creciendo En comparación con los niveles de 1750, las concentraciones de CO2 y metano son 1.5 y 2.5 veces más altas, ha aumentado el nivel del mar y la acidificación de los océanos, entre otros indicadores del cambio climático, pues el océano absorbe hasta el 30% de las emisiones anuales de CO2 que provoca el hombre, y esto ha provocado que la extensión de hielo marino del Ártico comience a reducirse, al igual que en la Antártida.

Contradictoriamente, Estados Unidos sigue siendo el segundo país con mayor emisión de CO2, después de China. Pero es el archipiélago que conforman las islas Fiji el que está en riesgo de desparecer con el deshielo de los polos por el calentamiento, lo cual pone de relieve las crecientes amenazas a las poblaciones de los países en la economía e incluso los mecanismos de la vida en la Tierra, “por lo que nuestro trabajo no debe ser sólo alcanzar los objetivos del Acuerdo de París”, precisó la excanciller mexicana y embajadora, Patricia Espinosa Cantellano, designada secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), preocupada por la suerte de cuarenta pequeños países insulares que podrían ser las primeras víctimas del aumento de las temperaturas.

Hasta ahora, los países que han firmado los Acuerdo de París se han comprometido con el objetivo, pero éste es sólo el primer paso de la acción humana para compromisos que deben garantizar la vida en la Tierra. No nos queda sino esperar las conclusiones de la COP23 y desear que en la COP24, a efectuarse en Polonia a fines de 2018, se presente un informe convincente de los avances en la aplicación de los Acuerdos de París.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.