Al margen de la religión que cada uno de nosotros practiquemos, resulta interesante conocer algunos datos de la religión, particularmente de la católica, que profesa la mayoría de los mexicanos y por la cual cientos o tal vez miles de tulenses nos fuimos a divertir en cualquiera de las dos ferias –o en ambas- para festejar al Señor San José: en Catedral cerraron con la presentación de Los Santaneros el pasado 19 de marzo y en la presidencia municipal, apenas este domingo 26, con el multitudinario concierto de Los Ángeles Azules. Se deduce, pues, un pleno acuerdo entre autoridades eclesiásticas y civiles para no entorpecer una y otra.
De acuerdo con el último censo nacional del INEGI, de los 112 millones de mexicanos que éramos en 2010, casi 93 millones profesan la religión católica, mientras que 5 millones dijeron no tener religión; por otro lado, entre evangélicos, pentecostales y cristianos suman 7 millones en números redondos. Vale la pena señalar que en el censo anterior (2000), cuando éramos 84 millones de mexicanos, los católicos sumaban más de 74 millones.
Actualmente la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la SEGOB tiene registradas 8mil 738 asociaciones, de las cuales como Católica Apostólica y Romana, con sus distintas variables, suman 3 mil 360. De ésta, por ejemplo, hay una nunciatura, mil 216 arquidiócesis, mil 264 diócesis, como la de Tula, que encabeza Juan Pedro Juárez Meléndez. Hay un registro en México de 21 mil 395 sacerdotes.
A pesar de esta cantidad de ministros religiosos católicos, la Iglesia reconoce que hay un importante déficit que hace imposible alcanzar plenamente la cobertura de 6 mil 744 parroquias y 7 mil 159 centros pastorales; y es que aunque se tiene un registro de 17 mil 706 seminaristas, existe un muy alto índice de deserción: entre el 30 y 40 por ciento.
Con estas cifras se insiste en que desde hace algunos años en México hay una huida silenciosa de feligreses católicos. El investigador de la UNAM, José Molina Ayala, no señala causas específicas pero menciona que son múltiples factores, al tiempo que Adolfo Miguel Castañón, representante de la Provincia Eclesiástica de la CEM, reconoce que hoy en día a la religión católica le hace falta llegar al corazón de sus feligreses y que para conseguirlo tiene que seguir trabajando en la evangelización.
Para los estudiosos de las religiones, éstas siempre estarán presentes, a pesar de que tengamos automóviles, computadoras, teléfonos inteligentes, pero no es para solucionar aquellos problemas que la ciencia no soluciona. Sin duda, hay quienes pueden disentir de aseveraciones como la anterior, pero una gran mayoría así lo aceptamos.
De la supuesta crisis que vive la religión católica, investigadores sostienen que hay estadísticas que nos muestran que hay más gente profesando esta religión y están bautizados, aunque ciertamente ello no impacta en todas las personas. Si el 85 por ciento de los católicos verdaderamente siguiera los principios de la religión, estaríamos hablando de otro México.
Se añade que existe un analfabetismo religioso. La gente tiene creencia en un ser superior con el cual quiere congraciarse, estar bien para que en su vida cotidiana le vaya mejor, pero el catolicismo o cualquier otra religión, es otra cosa.
Mucha gente cree en Dios pero también es supersticiosa. La religión no tiene que estar peleada con la ciencia; sin embargo, hay muchos científicos que piensan que por dedicarse al estudio del conocimiento no pueden ser creyentes, porque suponen que significaría renunciar a la racionalidad, y tampoco es así, dicen los estudiosos.
Respecto al mismo tema de saber si el número de católicos se reduce, los analistas aseguran que sí ha crecido el número de gente que no cree en Dios o en un ser superior, pero que no hay que perder de vista que hay ateos que tienen una vida moral elevada, que cultivan el arte, hacen cosas buenas por su comunidad; en contraste con quienes se dicen católicos y están metidos en la delincuencia o en otro tipo de actividades ilegales.
Por otro lado, hay quienes opinan que la gente va a la iglesia por ignorancia, pero eso supondría una generalidad, lo que tampoco es real. Se dice que cuando la Iglesia cae por escándalos que se presentan, impide que la gente se acerque a Dios, una Iglesia que está hecha para acercar a los hombres no está cumpliendo así con su misión; los aleja cuando pasan esas cosas, y esto lesiona a la institución y a las personas que participan en ella.
Se habla de una huida silenciosa, o sea el que deja de ir, sin necesariamente asumir que la abandona, sin olvidar que hay no pocos que sólo practican la religión de manera “social”, es decir, cuando hay un bautizo, boda, primera comunión, pero en su vida cotidiana no la practican porque les interesan otras cosas, menos lo que tenga que ver con Dios.
Dicen los estudiosos que la Iglesia tiene que seguir siendo promotora y portadora de paz, de reconciliación, de encuentro, no puede nunca promover odios o desencuentros. Un conocido obispo dice que a la Iglesia le ha faltado llegar al corazón de las personas, y que debe seguir trabajando mucho para evangelizar, ahora más que nunca.
Por su parte, el arzobispo emérito de León, José Guadalupe Martín Rábago, ha reconocido que en la medida en que crece el número de comunidades sin sacerdote, se debilita el trabajo evangélico, lo cual ha abierto la puerta a otros grupos religiosos y la pérdida de la fe católica.
Hace algún tiempo se realizó una encuesta llamada “Creer en México”, cuyo resultado estableció que el 62 por ciento de los católicos declaró estar feliz con su religión. El 86 por ciento de la población dijo practicar alguna religión y ocho de cada diez se considera católico.
Al abundar en los resultados de la encuesta, el 37 por ciento considera que la Iglesia ayuda a resolver problemas como la pobreza, drogadicción, delincuencia, inseguridad, violencia, etcétera. El 90 por ciento de los mexicanos cree en Dios, el 9 por ciento dijo no creer y el 1 por ciento dijo no saber.
Para terminar, es interesante saber que a pesar de que el 90 por ciento dice creer en Dios, sólo el 39 por ciento ha realizado una acción concreta en beneficio de algunas personas que no sean sus familiares, y el 5 por ciento participa de manera organizada en la sociedad, lo que demuestra que la acción social no es constitutiva de su fe.
Para analizar los conceptos aquí vertidos por estudiosos del tema, por mientras en Tula ya terminaron los días de feria y dentro de las actividades de la diócesis, el obispo Juan Pedro Juárez Meléndez está cumpliendo sus 10 años como tal y nos da un dato interesante: de 800 mil hidalguenses, él es líder de 700 mil que son católicos.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.

Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.