Me han preguntado recientemente que si le temo a la competencia de la inteligencia artificial (IA) de la que echan mano los articulistas en diferentes partes del planeta y he contestado, mis únicos y queridos lectores, que le temo a no contar con mi inteligencia natural.
En el valle de los temores y los timoratos, la inteligencia artificial ocupa un nuevo elemento científico que, como tantos otros, obedece a la inteligencia natural y, pese a contar con el efecto de “singularidad”, yo confío en la singularidad de la inteligencia humana.
Es precisamente dentro de los saltos cualitativos que se encuentra dando la administración pública en el planeta, que la inserción del Estado Digital se ubica en Hidalgo dentro de la Estrategia Nacional Digital como uno de los elementos de empoderamiento gubernamental que permite contar con data precisa, información virtual e interfase de documentos que, paulatinamente, irán dando los resultados pertinentes para que la burocracia desempeñe un mayor papel de apoyo social y la ciudadanía cuente con variables mayores en el manejo de trámites, permisos, licencias y contratos, entre múltiples dimensiones más.
Empero, la puerca acaba de torcer el rabo y no porque sea arisca.
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum que se encuentra también inserto dentro de una Estrategia Nacional Digital, ha planteado una iniciativa en la Cámara de Diputados para expedir una Ley Nacional para eliminar Trámites Burocráticos a través de un mecanismo digital denominado “Llave MX”, que utilizará CURP y datos biométricos del titular y, con ello, se dará un salto cualitativo dentro de la administración pública para el manejo de trámites que evitará ventanillas, intermediarios públicos y eliminará la discrecionalidad pública que suele incidir en los consabidos problemas de corrupción.
La “Llave MX” se centra en ese salto cualitativo del Estado Digital y creará un efecto dominó en las operaciones múltiples de la ciudadanía frente al aparato público.
Empero, las bancadas del PRI, PAN y MC se han opuesto a la Ley “Llave MX”, bajo la suspicacia de que una vez que el gobierno pueda acceder a datos biométricos, podrá espiar a la ciudadanía -por si las dudas mis únicos y queridos lectores, guarden bajo el colchón los millones de pesos que ganan al mes-, creando con ello una sujeción política que puede controlar la vida de las y los ciudadanos. No me acuerdo cómo acaba la última versión cinematográfica de Misión Imposible.
La cereza del pastel en esta trama de espías con espuelas, la condensa la diputada del PAN, Rocío González Alonso, quien debe ser fan de espías como Ethan Hunt, personaje protagonizado por Tom Cruise en Misión Imposible, que en la todavía última versión, encuentra una llave de inteligencia artificial para controlar el mundo; igualito como la Llave MX para que Morena controle a la nación.
En este trazo, la diputada Rocío González Alonso, acusando al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, declaró: “Pretende construir un sistema de vigilancia masivo, como en los peores regímenes autoritarios. Ponen en grave riesgo que puedan ser utilizados para otros fines y, conociéndolos, por ahí va el asunto, ya que carecen de controles adecuados de privacidad y protección de datos; es más, lo que pretenden es censurar a través de esta ley, controlar y manejar a discreción los datos personales de las personas físicas y de las personas morales. Estamos a un paso de que el Estado pueda rastrear, vigilar y controlar a cualquier ciudadano con un solo clic”. Espeluznante ¿no?
Es palpable que la bancada PRIAN+MC se confunde con los años mozos de las tropelías del antiguo régimen, como lo ocurrido con el sistema de espionaje “Pegaso” que en 2017 fue ocupado por el gobierno para espiar a periodistas, políticos de la oposición en la que se encontraba la izquierda, así como a grupos y organizaciones de activistas. Claro, de esto la diputada del PAN, Rocío González Alonso, no se acuerda, porque no mencionó un ápice de este sistema de espionaje donde una empresa “Pegaso” fue detectada en estos asuntos turbios de espionaje político.
Como colofón, lo único que me deja plenamente tranquilo de todo este caso de monserga política creado por el PRIAN+MC, mis únicos y queridos lectores, es que no tengo mis millones bajo el colchón, porque soy más pobre que la diputada Rocío González Alonso, por lo que no creo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum quiera usar mis datos biométricos para espiarme.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.