En Morena no son todos los que están ni están todos los que son, esta es mi sentencia analítica de un engranaje político que ante su fuerza social ha sido ampliamente infiltrado por grupos de poder, advenedizos mezquinos y corruptos, y el éxodo de una derecha en plena desesperación y desamparo político.
Mis únicos y queridos lectores, los eventos políticos en Hidalgo se encadenan y precipitan en estelas confusas, oscuras y contradictorias. En todo caso, nos encontramos en un momento donde el ascenso del capital y aprobación política del gobernador Julio Menchaca contrasta con las tropelías de la infiltración de grupos de poder y de choque, que lo mismo oscilan desde la derecha que desde la izquierda.
Frente al desastre climático en Hidalgo, donde el huracán Priscilla dejó una estela de destrucción, muerte y damnificados; la respuesta solidaria y comprometida con la ciudadanía del gobernador Julio Menchaca ha sido objeto de impugnaciones y críticas orquestadas por grupos de choque, que han visto en la desolación e incertidumbre social, el caldo de cultivo para politizar el evento dramático por el que hemos atravesado y, con ello, golpear a la gestión de Menchaca Salazar.
La lectura analítica de estos eventos admite a personajes identificados con un sector radical de la izquierda en Hidalgo y advenedizos de la derecha que pretenden polarizar las estructuras ciudadanas para crear incertidumbre y desconcierto. En este trazo, dos preguntas sobresalen.
I. ¿Izquierda radical o radicalismo de izquierda?
Frente a la capitalización del proyecto gubernamental de Julio Menchaca, su aprobación social y el incremento de su fuerza y capital político, la izquierda radical ha pretendido radicalizar los intestinos de Morena para generar dividendos y escisión política. Los personajes identificados presentan esta radiografía política de radicalización y se encuentran inconformes con la gestión de Menchaca Salazar, la ratificación de su mandato y el sesgo político en el que han caído en la actual administración; por lo que pretenden imponer con violencia lo que su incapacidad política y orgánica no les permite lograr.
II. ¿Derecha al garete y desesperada?
Frente a la descomposición intestina de la izquierda radical en Hidalgo, la derecha se ha sumado al golpeo al gobierno de Julio Menchaca, sólo que sin imaginación política ni cohesión, por lo que han hecho un ridículo espectáculo donde sus declaraciones frente a la tragedia social por la coyuntura climatológica ha experimentado un rechazo social inenarrable, creando un descrédito político que pagan las fuerzas del antiguo régimen.
Es innegable que la coyuntura climatológica sobrepasó las fuerzas de respuesta del gobierno de Julio Menchaca pero, de igual forma, resulta innegable que la actitud solidaria y responsable de la estructura de gobierno de Menchaca Salazar ha evitado una tragedia mayor y ha creado un cordón de ayuda humanitaria para atender las necesidades de los municipios y comunidades que sufren los estragos de esta coyuntura climática.
Desde el arribo del gobierno de alternancia de Julio Menchaca, duerme con el enemigo.
La infiltración política y la impotencia tanto de las fuerzas radicales de la izquierda como de la derecha no dejan margen de equivocación para el análisis crítico de que pretende socavar la administración de Menchaca Salazar, y que la torpeza de la violencia social que han esgrimido intentando politizar la coyuntura del desastre climático en Hidalgo es el fiel reflejo de la impotencia e inoperancia de sus instrumentos de golpeo.
El 4º año de la administración de Julio Menchaca es clave en la depuración de las arenas políticas, tanto en el partido guinda como en la estructura de su gobierno, por ello, la izquierda radical y la derecha desesperada se encuentran en la torpeza política de querer generar polarización social, frente a su derrota.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.