Revisando un disco duro de la computadora de Eugenio Polgovsky, apreciable documentalista fallecido en el 2017 a los 40 años, su hermana Mara encontró una semana de filmaciones hechas en la casa de Coyoacán de Eugenio, en compañía de su pequeña hija Milena, mientras observaban a una tórtola.
Mara, quien había trabajado como asistente en los documentales de Eugenio, Trópico de cáncer, Los herederos, Mitote y Resurrección, decidió concluir la cinta como un homenaje a su hermano.
Sin embargo, decidió darle un tratamiento diferente. A él no le gustaba aparecer en sus películas, y aquí se aprovecha su relación con su pequeña hija de cinco años.
Aunque Milena solo estuvo presente dos días de la filmación, con la ayuda del editor Pedro Gonzáles Rubio y los efectos especiales, se vuelve una presencia constante.
De tal forma Malintzin 17, a cuya premier nos invitaron las buenas amigas de Calouma, se convierte en la amorosa relación entre un padre y su hija, y su relación con la naturaleza (Polgovsky era un ambientalista convencido que incluso colaboró con Greenpeace), a través de esa frágil tortolita que ha construido su nido entre los cables de luz para tratar de protegerlo de las ardillas.
Malintzin 17 obtuvo el premio al mejor documental en el pasado Festival de Morelia, y aunque en apariencia que se trata de un filme muy sencillo, es fruto de un arduo trabajo y un digno testamento de este gran director.

Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.