Guerra Fría en Hidalgo

Hace décadas el mundo quedó paralizado ante la Guerra Fría gestada entre potencias capitalistas y socialistas que en conjunto crearon una suerte de estrategias para amedrentar, perseguir y golpear a sus oponentes bajo el discurso de tiempos de paz.

Un símil, sin estadistas ni estrategas, es el juego implementado en el estado de Hidalgo por bloques emergentes de actores poseedores de ímpetu vengativo o de deseos de engendrar su hegemonía política.

Avistamos tres bloques particularmente marcados: el dúo Roberto Pedraza y Geraldina García, que pretenden erigirse como voceros de “plebiscitos priistas”; los olveristas, conformados por Fernando Moctezuma, Salvador Elguero, Aunard de la Rocha, Alfredo Ahedo Mayorga, Ricardo Crespo y Miguel Cuatepotzo, y la triada de “los eternos suspirantes”: David Penchyna Grub, José Antonio Rojo García de Alba y Alma Carolina Viggiano Austria.

LOS VOCEROS DE LOS PLEBISCITOS

Realizando un ejercicio meramente moral, sin ningún interés económico o político (según asegura), Roberto Pedraza ha alzado la voz con la petición enfática de que la población indígena del Valle del Mezquital sea tomada en cuenta por el PRI, ufanándose al tiempo de poseer derechos sobre el instituto político antes mencionado, originados en que ayudó a construirlo “piedrita por piedrita”.

Interesante postura de un personaje que ha pasado décadas enteras liderando el Consejo Supremo Hñähñú sin ningún beneficio social palpable: desde su arribo y hasta el día de hoy se han mantenido las cifras de migración, analfabetismo, hambre, desempleo y violencia de género exactamente igual, muy al contrario con el tema de seguridad, destrozado recientemente.

Ahora surge bajo el discurso de ser el poderoso controlador del Mezquital como quien negocia con la tranquilidad social -perdiendo de vista que el financiamiento de actos violentos se constituye en un delito grave-. Roberto Pedraza ha manifestado la existencia de gente armada en “sus terruños”, lo que hace suponer que posee información que no ha denunciado judicialmente.

Buscando posicionarse como la víctima de una vendetta personal por parte del gobernador Omar Fayad Meneses, Pedraza Martínez simula un juego en búsqueda de público mediante una serie de denostaciones públicas a la endeble imagen del encargado del CDE del PRI Hidalgo.

Parece que la presión mediática de Roberto Pedraza Martínez rindió frutos, pues se aseguró una cita con Alberto Meléndez Apodaca.

Como era de esperarse, Pedraza Martínez logró sumar fuerzas con Edna Geraldina García Gordillo, sobrina de Elba Esther Gordillo e íntima amiga de José Francisco Olvera Ruiz.

García Gordillo logró arribar a Casa Rule a la salida de Olvera Ruiz, en uno de los ejercicios más opacos de la historia pachuqueña, con una alcaldesa que externaba su preocupación por temas de género, al grado de dotar de fuerza a Cristina Cortés, Viridiana Fernández y Miriam Carmona, que se caracterizaron por ser regidoras inservibles que cobraron sueldos altísimos del erario público por ser compinches de fiesta –o eso cuentan-.

No podemos pasar por alto que durante su administración, en la Secretaría de Salud, hubo desfalcos que aún no han sido aclarados. Si usted, lector, se preguntaba quién fue responsable de entregar nosocomios en deterioradas condiciones sin medicamento ni personal, no olvide a Geraldina García.

Ahora, como quien tuviera intachable moral, se presenta a proponer en nombre de la militancia priista, casualmente lo hace junto a uno de sus grandes amigos de parranda –según nos dicen- del Grupo La Joya: Alberto Meléndez Apodaca.

La cereza fue la presencia de Nadia Carolina Ruiz Martínez, vinculada con Francisco González Vargas, incondicional de Olvera Ruiz; exlegisladora conocida por su comportamiento poco decoroso e incapacitada escolarmente para poder solventar las propuestas legislativas de su antecesora. Se vio reforzada políticamente por la mano de Ricardo Crespo Arroyo, además de contar con diversas amigas en común con Meléndez Apodaca.

Con un intento burdo de faramalla mediática, se desplaza la comisión de plebiscitos priistas ante el débil e inseguro presidente para poner en la mesa propuestas serias que no se tratan de nada más que obstaculizar el ejercicio del gobernador.

LOS OLVERISTAS

Mientras José Francisco Olvera Ruiz decide retirar sus oficinas de la capital pachuqueña, arrecia el tema de ingobernabilidad en el Valle del Mezquital y la inseguridad en todo el estado, colocándose el exgobernador como principal sospechoso de una posible incitación.

Son Salvador Elguero y Alfredo Ahedo los principales señalados de estar llevando a cabo una serie de movimientos operativos que obedecen al desborde de la inseguridad, esto debido a su carácter particularmente explosivo y vengativo, aunado al hecho de ser gestores de una guerra sucia contra Omar Fayad Meneses desde hace un par de años.

Fernando Moctezuma Pereda, por otro lado, salta puertas estatales para acercar a un grupo de alcaldes a instancias federales gestionando recursos para infraestructura en un claro mensaje –casi idéntico al de Roberto Pedraza- :“Seguiremos trabajando”, en alusión al gobernador que, dicen, sienten que intenta frenar sus brillantes carreras.

Moctezuma Pereda invita al especial interés en sus conductas por ser un exsuspirante a la gubernatura, favorito de Olvera Ruiz y aspirante a senador en 2018, por lo que su andar paralelo a la administración actual parece más bien un mensaje de persistencia política para mantener liderazgo o representatividad en las huestes olveristas, que están dispuestas a sobrevivir sin humillarse durante seis años.

Fernando Moctezuma haría las veces del liderazgo político bajo el cual se amparan diversos personajes locales.

Aunard de la Rocha Waite se deja ver haciendo proselitismo en otro estado una vez terminadas las recurrentes visitas a la plaza Juárez para aclarar las delicadas cifras que heredó, deteniendo momentáneamente su lucha mediática. Su labor particular parece conferirse al fuego amigo al interior de instancias gubernamentales, así como a la fuga de “comentarios” a la prensa local, pues pretende cuidar su imagen para intentar aspirar a cualquier cargo este 2018 y brindar así posiciones a su jefe político.

Miguel Cuatepotzo Costeira, a su vez, busca generar enconos al interior de las instancias gubernamentales, y seguramente será el más preocupado de las lides judiciales actuales y venideras.

Ricardo Crespo Arroyo busca colocar a su gente de confianza, que curiosamente ha hecho manifiesta su inconformidad en diversas redes sociales.

En una segunda lectura parecen ser el grupo tras movimientos y descontentos como el orquestado por Roberto Pedraza y Geraldina García, además de tener preponderante presencia en los puntos geográficos donde surgen diversos malestares “sociales o partidistas”.

El grupo olverista permanece viendo caer uno a uno sus trofeos de sexenio.

LA TRIADA DE LOS ETERNOS

David Penchyna Grub, José Antonio Rojo García de Alba y Alma Carolina Viggiano Austria no pudieron seguir ocultando su “affair” durante los procesos municipales de renovación de dirigencias priistas, que aprovecharon para reforzar sus vínculos municipales con apoyo mutuo, tornando casi imperceptible el vínculo político original.

Pareciera que su plan es sencillo: primero: hacerse de injerencia municipal para poder hacer contrapeso a fuerzas políticas tricolores y de oposición; segundo: crear buena imagen ante la ciudadanía a través de los medios de comunicación locales; tercero: unir fuerzas para apalear políticamente a los rivales que cada uno pudo generar.

Los personajes políticos que tienen bajo su respectiva tutela trabajan en favor de intereses comunales haciendo una suerte de comodines marcando regiones precisas, uno de los ejemplos más representativos con éxito es Norma Andrade Fayad en Huejutla, método que buscan implementar en todo el estado. Aunque las mayores evidencias parecen ser recolectadas del campo mediático, donde los despliegues de poder resultan poco cobijados de discreción.

Encontramos a Carolina Viggiano, quien a través de sus subordinados opera Fan Pages de Facebook como “Observatorio Ciudadano” para “denunciar” las malas prácticas de la presidenta de Cuautepec de Hinojosa, Haydee García, que casualmente pertenece al grupo político de Julio Licona, y resultaría rival del diputado local Manuel Fermín Rivera, que por azares del destino es operador político de David Penchyna.

Paralelamente las filtraciones en el municipio de Tulancingo de Bravo están a la orden del día, ofreciendo un escenario particularmente conveniente que unge como posibles candidatas a senadoras a Laura Vargas y Carolina Viggiano, mientras que en el caso de los varones favorece –casualmente también- a José Antonio Rojo García de Alba y Fernando Moctezuma Pereda.

Coincidencias en los azares de la vida colocan dichos postulados precisamente en un medio local que ofrecía planas enteras a David Penchyna Grub durante su intento de candidatearse como gobernador.

Como dato interesante resulta que Carolina Viggiano y José Antonio Rojo se encontraron en la polémica convención hñähñú, que sirvió como foro para que su amigo Roberto Pedraza emitiera mensajes aguerridos e intentara –penosamente- levantar la mano como sucesor de Meléndez Apodaca.

 

Es así como, pasando por alto investiduras y formas, emergen tres bloques compactos que, todo indica, buscan diezmar el poder del gobernador para encumbrarse de cara a los muy lejanos comicios de 2022.