Hace dos años, el director Matthew Vaughn llevó a la pantalla grande por primera vez a los Kingsman, unos agentes secretos ingleses que había popularizado el comic de Mark Millar y trata sobre el agente secreto Harry Hart (Colin Firth) aleccionando al rebelde Eggsy (Taron Egerton) como su discípulo para enfrentar al siniestro magnate de la comunicación, interpretado por Samuel L. Jackson.
En la versión actual, Eggsy se ha convertido en un agente estrella que incluso está comprometido con una princesa sueca. Pero de la noche a la mañana los Kingsmen son destruidos por la jovial y sanguinaria Poppy (Julianne Moore), la máxima capo del narcotráfico. Los Kingsmen sobrevivientes deberán pedir ayuda a sus primos norteamericanos que utilizan como frente una fábrica de licor y que tienen nombres clave de bebidas, como whiskey (Pedro Pascal); juntos deberán enfrentar a Poppy, quien ha exigido al presidente estadounidense (Bruce Greenwood) la legalización de las drogas, so pena de dejar morir a millones de contaminados.
A diferencia de su antecesora, “Kingsman, el círculo dorado” cuenta con mayores recursos que parecen mal utilizados y que alargan el asunto durante 142 minutos, con cameos y actuaciones especiales de actores como Jeff Bridges y Halle Berry. Elton John aparece como rehén y Channing Tatum se la pasa congelado casi toda la cinta.
Kingsman. The circle of gold es una divertida cinta de espías que tiene momentos logrados, pero que se alarga más de lo necesario, lo que no impedirá que la franquicia prosiga su exitosa carrera.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
