La confrontación del nuevo gobierno de Donald Trump con México vivió sus momentos más álgidos durante la semana pasada, apenas en los primeros días de la nueva administración que en el país más poderoso del mundo encabeza ahora el multimillonario de la cabeza amarilla.
Las opiniones aquí y en varias partes del mundo han sido en todos los sentidos, prevaleciendo –como siempre sucede en una pelea entre el fuerte y el débil- el apoyo a nuestro país; tal vez la voz discordante fue la del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que dijo estar de acuerdo con la construcción del muro.
Está claro que nunca vamos a enredarnos en una pelea a todas luces desigual, como dice Gilberto Guevara, pero el reconocimiento de nuestra debilidad no debe llevarnos tampoco a la pasividad y a la resignación cobarde.
Hay quienes creemos que Luis Videgaray, que se dice es el que le habla al oído a Peña Nieto, se volvió a equivocar al realizar una precipitada visita a Estados Unidos para preparar la llegada –en consecuencia también precipitada- de su jefe, el presidente. Las consecuencias ya las conocemos, pues la anunciada visita a Washington se tuvo que cancelar por los agresivos tuits de don Trump.
Tal vez el gobierno de México debió esperar algunos días, o semanas, para pulsar las declaraciones de Donald y actuar en consecuencia con una estrategia muy bien definida y no aventarse como el gorras, igual que cuando el mismo Videgaray lo trajo a México y le dieron trato de jefe de Estado cuando era apenas candidato. Doble tropiezo con la misma piedra.
Bien dice Carlos Slim que las condiciones actuales obligan a México, sí a preocuparse, pero más a ocuparse. Le recomienda al gobierno crear más empleos y buscar una mayor inversión. Y parafraseando al empresario mexicano, diríamos que si Estados Unidos levanta un muro, pues que los mexicanos construyamos una gran barda con inversiones, actividad económica y oportunidades apropiadas para evitar la salida de connacionales.
Ahora, en cuanto al llevado y traído tema de la construcción del muro, sin pretender minimizar la gravedad del anuncio, no debemos perder de vista que dicha barrera ya existe desde hace algunos años en gran parte de los más de dos mil kilómetros que tenemos de frontera con Estados Unidos. No hace muchos meses la vi al ir de visita a las playas de Tijuana.
Al investigar sobre el particular, es interesante saber que Bill Clinton ordenó durante su gestión como presidente de USA entre 1993 y 2001, la construcción de la primera parte del muro, desde Columbus hasta El Paso. Después con la llamada “Operación Guardián” se hicieron otros kilómetros entre las Californias; posteriormente se trabajó con el mismo fin entre Arizona y Sonora, hasta sumar hoy en día mil 132 kilómetros de muro ya construido y sin que nadie haya reclamado nada.
A nadie gusta –o a muy pocos- la belicosa actitud de Donald, la respuesta de la gente ha sido de rechazo, dentro y fuera de Estados Unidos, apenas en su segunda semana de gobierno, pero ya es el presidente de Estados Unidos y cuando menos durante los próximos cuatro años –si no es que en ocho-, a México y el mundo nos va a tocar lidiar con él.
Claro, las opiniones que piden al gobierno hasta romper relaciones con nuestros vecinos del norte nos parecen irracionales. Insistimos que debemos afinar estrategias. Que Peña deje de escuchar sólo las voces de Videgaray y otros de perfil parecido. Hay gente con mucha preparación y conocimientos para planear y hacer una gran alianza entre todas las fuerzas políticas, sociales, religiosas y económicas, por supuesto para afinar la estrategia y hacerle frente con inteligencia al coloso del norte.
El tema del gasolinazo no lo podemos dejar en el olvido y ahora que comienza febrero está la amenaza del siguiente. Que la estrategia para hacer frente a Trump no relegue un asunto que ya nos está pegando a la gran mayoría con la esperada y dolorosa alza en los precios de todos los productos y servicios que necesitamos.
Insistimos que aquí el gobierno federal debe anunciar y ejecutar acciones que muestren que todos nos estamos apretando el cinturón. Pero todos comenzando por ellos, los funcionarios públicos que cada quincena se llevan carretadas de dinero como sueldo y aparte les dan viáticos, pago de celular, gasolina y bono de fin de año, entre otros insultantes beneficios.
Por supuesto, otra acción igual o más importante será el combate frontal a la corrupción. Si vemos en la cárcel a exgobernadores como Duarte, Padrés o Rodrigo, o exfuncionarios en Hidalgo como Turrubiates o Islas o Pablo, o a nivel municipal como Allende en Tula, podemos comenzar a entender que la cosa va en serio y creer nuevamente en nuestros representantes.
En México vivimos hoy tiempos complicados, muy complicados, pero este estado de cosas es el que nos puede hacer reaccionar para salir adelante. No todas son malas noticias, se informa por que a partir de la asunción de Donald Trump, el peso mexicano se ha fortalecido. Se apreció en casi un 5 por ciento. El fin de semana anterior se cotizó a 21.20, que es el costo más bajo desde que comenzó el año.
Dicen los expertos que esta baja en el dólar es a nivel mundial como consecuencia de las políticas que ya implementa el presidente Trump. La moneda gringa se devalúo principalmente ante el euro, la libra, el yen, el franco suizo y el dólar canadiense, aunque se recomienda ser cautelosos y no demasiado optimistas para con el peso mexicano.
Bajo este escenario, la vida no se acaba para los mexicanos con la construcción de un muro en la muy larga frontera con Estados Unidos; se complica, sí, pero también se dificulta con la corrupción, con el aumento a los combustibles, con la inseguridad, con el desempleo y con toda la larga lista de acciones u omisiones que nos dañan a todos o a la mayoría.
Que el mal trato del nuevo gobierno de Estados Unidos para con México sirva para reafirmar nuestro nacionalismo, pero también para recobrar la confianza en nuestros representantes y que éstos actúen con firmeza, con atingencia, con claridad de objetivos, que sean genuinos representantes de una sociedad que hoy se siente desconfiada, defraudada, lastimada, agobiada, triste y decepcionada no por la actitud reciente de Trump, sino fundamentalmente por la arrogancia, corrupción e insensibilidad de quienes nos gobiernan.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero…Entre nos.

Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.