En un acto que sin duda quedará grabado en los anales de la historia como un ejemplo de sensibilidad y comprensión de las causas sociales, el presidente municipal de Huejutla de Reyes, José Alfredo San Román Duval, ha decidido a través del DIF conmemorar el Día Internacional de la Mujer con una jornada de «servicios de belleza». Porque, claro, ¿qué mejor manera de honrar la lucha histórica de las mujeres contra la opresión que ofreciéndoles una manicura y un corte de pelo? Sin duda, el alcalde ha demostrado una capacidad asombrosa para captar la esencia de esta fecha tan significativa.
No contento con ignorar por completo el significado del 8 de marzo, San Román Duval ha optado por reforzar los estereotipos de género que tanto han luchado por derribar las mujeres a lo largo de los siglos. En lugar de promover iniciativas que fomenten la igualdad, la educación o el empoderamiento económico, el edil ha decidido que lo que las mujeres realmente necesitan es un buen peinado. Porque, al fin y al cabo, ¿de qué sirve la igualdad de derechos si no tienes las uñas impecables?
Es difícil no maravillarse ante la profundidad intelectual de este gesto. El Día Internacional de la Mujer, que conmemora las luchas por el sufragio, los derechos laborales y la igualdad, ha sido reducido por el alcalde a una feria de vanidades. Parece que San Román Duval cree que las mujeres de Huejutla están más preocupadas por su apariencia que por la brecha salarial, la violencia de género o el acceso a la salud. Una visión tan simplista como ofensiva, pero, que, lamentablemente, no sorprende viniendo de un político que parece vivir en una burbuja de privilegios.
Lo más irónico de todo es que, mientras el alcalde se felicita por su «innovadora» iniciativa, está perpetuando la misma opresión que el 8 de marzo busca erradicar. Al reducir a las mujeres a su apariencia física, San Román Duval no sólo ignora sus demandas, sino que las infantiliza, como si fueran incapaces de preocuparse por algo más que su aspecto. Es como si, en su mente, las mujeres fueran seres superficiales que sólo necesitan un poco de maquillaje para sentirse realizadas. Un enfoque tan anticuado como peligroso.
Quizás lo más triste de esta situación es que refleja una realidad más amplia: la falta de comprensión y compromiso de los políticos huastecos con las causas feministas. En lugar de escuchar a las mujeres y trabajar para eliminar las barreras que enfrentan, prefieren ofrecer soluciones superficiales que no resuelven nada. Y así, mientras el alcalde se toma fotos sonrientes en su jornada de «belleza», las mujeres de Huejutla siguen lidiando con problemas reales que requieren soluciones reales.
En definitiva, la iniciativa de José Alfredo San Román Duval no es sólo una falta de respeto hacia las mujeres, sino también una muestra de su desconexión con la realidad. Si el alcalde quiere realmente honrar el 8 de marzo, debería empezar por escuchar a las mujeres y trabajar en políticas que promuevan su igualdad y bienestar. Pero, claro, eso requiere más esfuerzo que organizar una jornada de peinados y uñas. Y, al parecer, para San Román Duval eso es pedir demasiado.
Su ignorancia alcanza dimensiones desproporcionadas por la falta de conocimiento de un tema que se encuentra en el centro de la agenda nacional e internacional por la cantidad de feminicidios que se registran a diario, sin embargo, la amplia pifia de este alcalde es una muestra más del mal trabajo que ha hecho Morena en muchos casos en la selección de perfiles que se suman al partido guinda.
Morena Hidalgo no puede permitirse aglutinar a personajes que no sólo no comulguen con su ideología, sino que además demuestren una profunda ignorancia en temas sensibles y sustanciales. No se debe decidir con sentido electorero, debe ser en correspondencia a los ideales que ha defendido y que ha enarbolado históricamente.
En pocos meses de gobierno, se descarrila la carreta de San Román.
EL CONSPIRADOR
