En econometría, las ecuaciones lineales han permitido captar con precisión puntos de intersección entre variables que suelen arrojar luz sobre la correlación entre data dura y dirección de tendencia o realidad.
La detención de César Román M.V., excontralor de Hidalgo, en uno de los capítulos de la Estafa Siniestra abiertos por la Procuraduría de Justicia, en donde el desvío de recursos públicos en la administración del exgobernador Omar Fayad Meneses continúa creando suspicacias de por qué y cómo se estructuró este macro fraude al erario estatal abre nuevamente las preguntas de forma y fondo que deberían haber sido satisfechas para que la ciudadanía se imponga de la verdad histórica.
Hasta ahora, las detenciones de alcaldes y de funcionarios y exfuncionarios públicos sólo ha arrojado los efectos de las pesquisas de la Estafa Siniestra, sin que se haya esclarecido cuáles fueron las causales de este macro fraude al erario público.
Con los pelos en la mano.
En pocas palabras, las pesquisas de la Estafa Siniestra no han aclarado cuál fue la causal o causales que crearon una red de desvíos públicos y no sólo hasta dónde llega el caudal de los desvíos. Pese a que el monto de la malversación pública no es cosa menor, las huellas del por qué y cómo se urdió la trama de la red aún queda sin dejar los pelos en la mano que se requieren para abrir el laberinto de las conexiones o interfase del evento.
Si aplicáramos la lógica de epistemología financiera a través de ecuaciones lineales a la Estafa Siniestra para escudriñar cómo se construyó, seguiríamos en vilo sobre por qué se construyó. Sin embargo, hagamos una corrida epistemológica financiera aplicada a la Estafa Siniestra.
La ecuación maestra
El desvío de recursos públicos es directamente proporcional al grado de poder orgánico de cuadros superiores de la administración pública en Hidalgo, cuyos mandos decisorios crearon un esquema de apropiación del erario a partir de triangulaciones interinstitucionales del gobierno de Omar Fayad Meneses.
A tal modo que:
I. La Estafa Siniestra tuvo un objetivo directo
El objetivo central estuvo guiado a la consolidación de un aparato político que requería obtener control político y administrativo en una era de degradación de su poder.
II. El aparato político y su cofradía
Trazado el objetivo político de la Estafa Siniestra, la cofradía de mandos decisorios debía satisfacer intereses personales, por lo que la distribución del desvío, o los desvíos, segmentó los montos y ellos respondieron al estatus de cada personera y personero en el esquema decisorio. En la medida que descendía el estatus de los involucrados las cantidades de dinero eran menores y los mandos operativos eran sacrificables como daño colateral de ser develada la Estafa Siniestra.
Los eslabones fuertes doblaban a los débiles, de allí que los alcaldes fueran los eslabones débiles de la cadena operativa.
III. El proceso y los tiempos operativos
La configuración del proceso premeditó los tiempos operativos. Se ponderaron los recursos federales y estatales, se articularon los programas sociales y, por último, la red que constaba de instituciones y organismos públicos, así como empresas fachadas y prestanombres que, de manera horizontal, tocaron las alcaldías que aseguraban el parámetro de movilidad financiera.
IV. La conexión internacional
Una vez que los desvíos congregaban la acumulación de recursos financieros, la triangulación de la filtración que había pasado de recursos federales y estatales, transitado al factor de concentración del objetivo primario, los beneficiarios de la toma de decisiones por status, tuvieron contacto con el destino financieros de paraísos fiscales, entre ellos, Panamá, Islas Caimán y Suiza.
Los mandos operativos -menores en estatus- movieron el dinero con prestanombres, empresas fachadas y lo acumularon en recintos de seguridad de su propiedad, por lo que el dinero no pudo salir del país.
