La sucesión transexenal 2028, en Hidalgo, que tendría que ajustarse a la reforma constitucional de alternancia política de género -impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum-, se encuentra en vilo, debido a que, por ingeniería constitucional, sólo daría paso a la primera gubernatura femenina en Hidalgo por un periodo de dos años.
En este escenario, tanto el gobernador Julio Menchaca, como la diputada local Tania Meza, han posicionado el pronunciamiento de que una gubernatura femenina en las nuevas disposiciones de la reforma de alternancia política de género constituiría un acto “discriminatorio” en el marco de dos años en el ejercicio de gobierno.
Mis únicos y queridos lectores, la transición política que estamos viviendo marca una era donde la horizontalidad de género debe marcar uno de los elementos sine qua non de la transformación política como distintivo que deje atrás el subdesarrollo político que marcó un sistema político patriarcal, que ya no tiene cabida en la nación en ninguna dimensión de la realidad social.
Los cambios constitucionales emprendidos por la izquierda, empero, no han afinado desde las leyes secundarias el piso firme de las reformas. Bajo este tenor, los huracanes de reestructuración política, como lo implica en estos momentos la reforma al monopolio jurídico del Poder Judicial, que se encuentra en un proceso electoral inédito, deben constituir el termómetro que permita apreciar y entender los alcances de los vertiginosos cambios que experimenta el sistema político.
Quedan abiertas en esta atmósfera en Hidalgo, las deliberaciones del Congreso local sobre los tiempos y movimientos de cara a la sucesión gubernamental de 2028, sobre si se implementará o no la reforma de alternancia política de género. De no llevarse a cabo, ¿habría un periodo de dos años en la gubernatura de Hidalgo donde, nuevamente, la disputa por el poder sería una cuestión de género masculino?, ¿no es esto un ámbito de discriminación?
El análisis crítico en Real Politik indica en estos momentos que la alternancia política de género debe darse más allá de los tiempos y movimientos de la estructura e ingeniería constitucional. Es decir, no se trata de una discusión que tenga que ver con los lapsos marcados por la Constitución, sino con la profundización de la horizontalidad política de género y la equidad sustantiva. Repensar la política a nivel nacional no basta, es necesario hacer efectiva la reforma de la alternancia política de género más allá de los lapsos en los encargos públicos.
La moneda está en el aire.
Es evidente que la postura tanto del gobernador Julio Menchaca como de la diputada Tania Meza ya marcan un orden de prescripción política sobre la alternancia política de género, y la mayoría de Morena en el Congreso local empuja a la reflexión sobre que la sucesión transexenal 2028 presentará, nuevamente, el poder de género masculino en el Poder Ejecutivo de Hidalgo. En todo caso, este es un escenario confuso y que debe ser analizado.
¿Qué criterio o criterios tomará el Congreso para la sucesión transexenal de 2028 inserta en la reforma de alternancia política de género en Hidalgo?
Es evidente que a los gobiernos de la 4T les ha faltado afinar las herramientas de los cambios políticos que se han emprendido y ello debe fincar un foco de atención para el Congreso local en Hidalgo de cara a la sucesión transexenal de 2028.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.