Ya estamos a un año de que en México ocurra lo que han llamado “la madre de todas las batallas” en el escenario político: El domingo 1 de julio de 2018 se elegirán 3 mil 234 cargos, cifra nunca antes vista en los anales de las elecciones en nuestro país.
La lucha partidista inicia con la Presidencia de la República para el relevo de Enrique Peña Nieto. Y entre las acciones encaminadas para este objetivo ya se dejan ver y sentir algunas, como la creación de un gran Frente Amplio Democrático (FAD), en donde podrían participar juntos principalmente el PAN y el PRD, es decir, juntar lo que cuando menos ideológicamente parece inviable: la izquierda y la derecha.
Para muchos priistas este frente en ciernes no es otra cosa que el miedo, respeto y reconocimiento que le tienen al Partido Revolucionario Institucional. Sus líderes, Ricardo Anaya (PAN) y Alejandra Barrales (PRD) han dicho que no solamente se trata de ganar las elecciones presidenciales, sino que ya como vencedores, crear un gobierno de coalición, es decir que al interior de la estructura gubernamental haya funcionarios de reconocida militancia en uno y en otro partido.
Además del FAD, para la elección presidencial ya pinta –al igual que hace 12 y 6 años- Andrés Manuel López Obrador, ya no con los colores del PRD sino los de su propio partido: Morena. No olvidemos la nueva figura de la candidatura independiente, que con todo y que en la jornada del pasado junio sus votos se vinieron abajo, no se descarta la posibilidad de que surja algún personaje, mujer u hombre, que “enamore” en serio al electorado.
Por otro lado, el Partido Revolucionario Institucional maneja desde hace tiempo algunos nombres y el que va al frente en las preferencias es el paisano Miguel Ángel Osorio Chong, en un nada honroso tercer lugar, varios puntos después de AMLO y de Margarita Zavala de Acción Nacional, que ante las constantes fricciones, sobre todo con su líder y también aspirante Ricardo Anaya, no descarta que pudiera ir a la contienda como independiente.
Así, mientras con Morena el candidato está decidido, el PRI maneja también a Luis Videgaray y a José Antonio Meade, por referirnos sólo a dos al tiempo que con el PRD el mejor posicionado es Miguel Ángel Mancera, sin olvidar que éste no descarta meterse a la pelea como uno de los sin partido. Y por el lado del PAN, después de Margarita, la esposa de Felipe Calderón, están apuntados el ya citado Ricardo Anaya y el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
El escenario político para el próximo año se calienta una vez que los ánimos se comienzan a tranquilizar por el triunfo de panzazo del PRI en Edomex, la esperada victoria de la coalición PAN-PRD en Nayarit y el discutido triunfo priista en Coahuila, al tiempo que en las municipales de Veracruz la peor parte la sacó el tricolor.
Además de la Presidencia de la República, el próximo 1 de julio los mexicanos vamos a elegir a los 500 diputados federales y a los 128 senadores. En nueve entidades también se va a renovar el Poder Ejecutivo, y en mil 613 municipios se va a elegir a los nuevos alcaldes y a sus correspondientes cabildos. Agreguemos a todo lo anterior que tendremos 591 diputados locales electos por el principio de mayoría y 392 que lo serán por el principio de representación proporcional.
¿Quién va a ganar? Para la Presidencia, insistimos que López Obrador marcha en primer lugar con todo y la derrota de su Delfina en el Estado de México. AMLO, a diferencia de las dos anteriores elecciones presidenciales que ya perdió, ahora parece ser menos agresivo. Por ejemplo, a pesar de la reciente derrota ya no mandó al diablo a las instituciones, ni mucho menos se plantó de manera permanente en Paseo de la Reforma.
El Peje insiste que para la elección no se aliará con la “mafia del poder”, de la que según su óptica ya forma parte el PRD- aunque sí acepta a ese remedo de partido político que se llama PT-. Bajo este escenario la victoria de AMLO es todavía nada seguro. Mientras que por el lado del partido en el gobierno, no recordamos una crisis como la que hoy vive. Peña Nieto, su líder, arrastrando la popularidad más baja de que se tenga memoria de un presidente de la República.
La inseguridad es uno de los mayores lastres del actual gobierno federal priista, además de una economía que nomás no crece, sin olvidar la ineptitud y sobre todo la enorme corrupción de casi todos los funcionarios, sean federales, estatales o municipales. Contra todos estos argumentos y varios más debe luchar el PRI para conservar el poder que recuperaron hace seis años después de vivir doce bajo el manto panista, en donde no nos fue mejor.
Nos preparamos para lo que viene. Ahora cada quien está haciendo lo suyo: el PRI trabaja en su XXII Asamblea Nacional para el próximo 12 de agosto. De aquí deberán salir acciones contundentes que le permitan luchar con posibilidades de conservar el poder.
El escenario es altamente complicado pero quienes hoy toman las grandes decisiones del partido y del gobierno saben de sobra que de los buenos resultados que puedan obtener en julio del año siguiente, depende ya no sólo su estadía en el gobierno, sino otros valores tan importantes o más, como su propia libertad.
Nos vemos en la próxima entrega pero… entre nos.

Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.