Miguel Ángel Osorio Chong, el líder que no se raja

El Invencible perdió su fuerza en este proceso electoral porque todo el estado se le fue de las manos, lo cual se debe a diferentes razones, como el trabajo simulado de varios titulares del cubo del bulevar Colosio.

La responsabilidad del PRI recayó en los hombros de Miguel Ángel Osorio Chong, quien a pesar de la pérdida de espacios se coloca como el líder moral del priismo a nivel nacional, como el ejemplo vivo de la ideología priísta por su lealtad, trabajo, esfuerzo y disciplina.

En el año 2000, el PRI sufrió su primera sacudida y fue Osorio Chong uno de los priistas que se quedaron y sacaron adelante al tricolor. Ahora el escenario se repite: traidores y cobardes saldrán del Invencible, pero no los corazones de tres colores que ya hacen viral una imagen con la leyenda: "Soy priísta, no me cambio y no me rajo".

Es así como se puede decir, con pruebas en mano, que para Miguel Ángel Osorio Chong no era el momento indicado para competir por la Presidencia de la República, pero también que ahora más que nunca es importante la presencia del líder que infunde respeto y alienta al orgullo.

Ante la necesaria renovación ideológica del PRI, Osorio Chong se proyecta como la encarnación del pensamiento priísta que ya no es el "revolucionario", pero sí el de la cultura del esfuerzo arraigada en cada familia mexicana, la del amor al país y a cada entidad, el de la voluntad que moviliza, el que recorre toda la geografía, que beneficia a todas las comunidades, que es leal en las condiciones más adversas, que tiene palabra y que con su disciplina contribuye al crecimiento democrático del país.

Ese es el priismo que deberá renovarse en los siguientes seis años, que hoy más que nunca necesita la fuerza de su líder, su voluntad inquebrantable y su ejemplo que llena de orgullo.

El Invencible está obligado a renovarse y llenar el cubo del bulevar Colosio sólo de aquellos que no traicionan, no se rajan y no se cambian.