No estando el horno para bollos, Luisa Alcalde, lideresa de Morena nacional, les ha pedido a los alcaldes de su partido en el país que dediquen en su gestión “el día del pueblo”.
El llamado de Luisa Alcalde -que en nuestro estado ha sido acogido por Eduardo Medécigo, quien funge como el presidente de la Asociación de alcaldes de Hidalgo- se presenta en un clima enrarecido por los señalamientos de corrupción que experimentan las fuerzas de Morena en la nación.
Los dos vectores que ha atendido en Hidalgo, la lideresa morenista, Luisa Alcalde Luján, se ciernen sobre el fortalecimiento político en la presencia del partido guinda en Hidalgo, que lidera Marco Rico, y en el fortalecimiento a los presidentes municipales morenistas y en adhesión a Morena.
¿Qué devela la estrategia de Alcalde Luján?
Recordemos que el proceso de afiliación política en Hidalgo estuvo bajo la lupa y las directrices de Luisa Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán -exAndy- que, literalmente, le leyeron la cartilla a Marco Rico para que interviniera sobre las arenas políticas que subsisten en la estructura del partido guinda, donde las manos de experredistas y del Grupo Universidad siguen causando incertidumbre y predisponiendo al partido a un juego de sombras y luces.
En este trazo, Marco Rico se dio a la tarea de emprender la afiliación política en Hidalgo y echó a andar los comités ciudadanos, mientras, en la acera de enfrente, Marco Mendoza hizo lo propio en el PRI, claro, este último personero con magros resultados para el tricolor.
Sin embargo, “el día del pueblo”, exigido por Alcalde Luján a los alcaldes morenistas de la nación, más allá de ser un intento loable por encumbrar un sentido llamado a recordar que “el pueblo quita y el pueblo pone”, es en realidad el efecto de los entretelones de corrupción en los que han sido señalados no sólo en el candelero en este momento gris y amargo, Adán Augusto López, sino, también, una serie de personeros de Morena que lo mismo andan en las tinieblas de la corrupción que del nepotismo político, como lo sucedido con la senadora de Chihuahua, Andrea Chávez.
En el salpicadero de sombras, también se encuentran señalados en adhesión tanto el senador Cuauhtémoc Ochoa como la senadora Simey Olvera, para los cuales “el día del pueblo” ya llegó, sólo que con la espada desenvainada bajo el escrutinio de sus actuaciones en la representación ciudadana de Hidalgo.
El maquillaje político, bajo ninguna circunstancia, salvo raras excepciones, puede sustituir al trabajo ciudadano de la clase política y, particularmente en Hidalgo, son pocos los alcaldes y personeros políticos de la estructura gubernamental que se salvan del escrutinio ciudadano por su responsabilidad y atingencia en su encargo público.
La clase política morenista en Hidalgo va a contrapelo del ejemplo y capital político del gobernador Julio Menchaca, y la mayoría no le aguanta ni sigue el paso. Esto deja al descubierto que no todos reman en el mismo sentido, ni con la misma intensidad en las acciones públicas.
Loable la determinación de la lideresa morenista, Luisa Alcalde, por instituir en las administraciones municipalistas “el día del pueblo”; quizá, debería instituir, también, “el día anticorrupción”.
