A diferencia de la temporada pasada, cuando la guillotina estuvo muy activa, el primer mes de temporada solamente trajo dos ceses, curiosamente de dos veteranos managers campeones.
Enrique Reyes, campeón con los Tigres de Puebla en 2005, fue cesado por los Olmecas de Tabasco tras siete derrotas consecutivas y un horrendo récord de 3 victorias por 11 derrotas. Fue relevado interinamente por el buzo Marco Antonio Guzmán, quien no ha podido sacar al equipo del último lugar.
Cabe recordar que el popular Che ya había sufrido una suerte semejante cuando fue cesado por los Rieleros de Aguascalientes apenas a los dos días de iniciar una temporada.
El multicampeón Francisco Estrada tuvo un mal inicio con los Bravos de León, ya que el día de la presentación fue víctima de un secuestro exprés. Obligado a jugar las primeras series fuera de su estadio, no es de extrañar que el nuevo equipo tuviera un récord negativo y por ello resultó sorpresiva su separación del equipo, que marcha en penúltimo lugar solamente arriba de los Olmecas. Curiosamente, el puesto fue encargado a un novel manejador Luis Carlos Rivera, un ex lanzador mexicano con efímera carrera en Grandes Ligas con los Bravos de Atlanta.
Sorprende, en cambio, la paciencia que han tenido los dirigentes de los Generales de Durango, con una problemática semejante a la de los Bravos, también marchan en último lugar con apenas 12 victorias y con una cadena de 14 descalabros consecutivos.
Sin embargo, existe confianza en el cubano Joe Álvarez, quien ya mostró su valía con los Pericos de Puebla, y se espera que el equipo mejore en su estadio.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
