Qatar, un país próspero y sospechoso de financiar al terrorismo islámico

Lo que México ha sido incapaz de hacer en 50 años, Qatar lo ha logrado: de ser un país pobre, ha pasado a ser un país rico, gracias a una economía basada en la producción de petróleo, el gas y la pesca, haciendo que su PIB per cápita se ubique entre los más altos del mundo.

El escándalo de Qatar que estalló el 5 de junio y lo empujó al aislamiento diplomático y en el centro de las discusiones, no por la organización de una copa mundial de futbol para la cual está trabajando, sino por sospechas de estar financiando al terrorismo islámico.

El rompimiento de relaciones diplomáticas de varios de sus vecinos y otros países como Egipto, podría tener consecuencias económicas devastadoras para Qatar, un país que ha sido capaz de hacer el milagro económico que otros países como México, con múltiples riquezas naturales y petróleo, no han podido.

A principios de 1900, Qatar estaba gobernado por la familia Al Thani. En noviembre de 1916 los británicos firmaron un tratado de protectorado con los qataríes, los cuales recibieron protección del gobierno de Inglaterra; con ello, de una población pobre cuya economía se basaba en el  comercio de perlas en los años veinte del siglo XX, pasó a convertirse en un país productor de petróleo y gas.

En 1939 se descubrió petróleo en Dukhan, oeste de Qatar, sin embargo su explotación se inició en 1949 al concluir la Segunda Guerra Mundial. En 1951, Qatar producía ya 46 mil 500 barriles de petróleo diarios. Precisamente, con esos ingresos petroleros Qatar inicia su proceso de modernización y en los años cincuenta proliferaron escuelas, hospitales, centrales eléctricas, plantas de desalinización y líneas telefónicas.

Finalmente, Qatar se independizó en 1971. En ese año la empresa petrolera Shell descubrió en la costa de Qatar el campo de gas natural más grande del mundo y la producción de petróleo siguió aumentando al máximo. En los años 80, la crisis del petróleo afectó el desarrollo de la economía de Qatar y en 1995, un golpe de estado depuso al Emir Khalifa bin Hamad y Sheikh Hamad bin Khalifa Al-Thani asumió el poder, quien entre sus primeras medidas priorizó el desarrollo de la explotación del depósito de gas del Norte Dome. En diciembre de 1996, Qatar realizaba su primera entrega de gas licuado.

En los quince años siguientes Qatar construyó catorce plantas de gas licuado en asociación con compañías petroleras occidentales. De ese modo, el pequeño país diversificó sus clientes e intensificó la producción de gas y petróleo. Pero ese crecimiento de su producción de hidrocarburos sirvió de base para diversificar su producción y evitar la dependencia excesiva del sector.

En 1998, Qatar construyó “Education City”, una zona cercana a la capital, Doha, para el establecimiento de los campus de varias universidades de Estados Unidos, pero también algunas organizaciones locales para la educación y la investigación; en 2003 creó el Fondo Soberano “Qatar Investment Authority” (QIA), a fin de reciclar sus ingresos del petróleo y de gas, realizando importantes inversiones en Barclays Bank, Credit Suisse, Harrods, Porsche, Volkswagen, entre otras empresas, además de comprar bienes raíces en Londres y París.

Por otro lado, Qatar ha sido designado oficialmente como el país anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA en 2022, a pesar de los rumores de haber pagado millones en sobornos para ser la sede, pues hasta hace poco se sabía de Qatar por sus promesas de instalar aire acondicionado en todos los estadios, sin importar las condiciones de esclavitud de los migrantes que llegaron a construir las instalaciones deportivas.

Sin embargo, el pasado 5 de junio el mundo supo más de Qatar y no por el futbol, sino por los rumores de financiamiento del terrorismo islámico (entre ellos, los Hermanos Musulmanes y Al-Qaeda). Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Yemen y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Qatar. Con ello, si ya había suficientes problemas con la guerra en Siria, Iraq y Yemen, ahora se agrega un problema más a la crisis internacional actual, cuyos efectos se verán reflejados en los precios del petróleo.

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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.






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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.