Ser y Devenir 154

La poética llamarada inicial, el titánico fuego total e imponente incendio nietzscheano se contemplaba magistralmente desde el cielo.

¿Qué valor tienen tus actos en un mundo sin metafísica?

El vuelo 3164 de American Airlines despegó a las 10:15 am y, anteriormente, el desesperado check-in justo a las 9:44, cuando llegué corriendo-sin aire para encontrarme con mi furiosa prima.

¡Dónde estabas!

Tenía que hacer algo.

¡Nos va a dejar el avión! —dijo jalándome del brazo y nos apresuramos a la zona de revisión, recorrimos el pasillo a toda velocidad y, a punto de cerrar la puerta de embarque, milagrosamente pudimos ascender a la aeronave.

El avión despega.

Recargaba mi cabeza en la redondeada ventana cuando algunos pasajeros comenzaron a hacer exclamaciones de sorpresa sobre lo que veían desde las alturas. Volteé a ver y, mientras el avión giraba hacia el suroeste, advertí el descomunal fuego.

¿Es el castillo? —me pregunta Constanza sorprendida.

Era.

El eterno retorno es una analogía para que valores tus acciones en vida, es decir, si crees en un mundo metafísico tus acciones de este mundo sólo serán un medio para algo, supuestamente, más importante que tu vida misma.

Si te portas bien —repetía el pastor de Humboldt durante las ceremonias religiosas— te vas al cielo, si te portas mal te vas al infierno.

Más allá de dicha conjetura melodramática-mente absurda, si no hay un mundo metafísico y esta es la única instancia existencial, entonces, todas tus acciones y omisiones se agotan en esta vida. Por ejemplo, si tú dejas de hacer algo no habrá otra instancia en que lo puedas reponer. Ahora imagina que el conjunto de tus acciones se repetirán de manera eterna, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…

Toda acción u omisión va a quedar marcada para siempre y, físicamente, no va a haber otra instancia y, por tanto, otra oportunidad para enmendar cualquiera de ambas. Lo que hagas o dejes de hacer en este mundo, en este mundo termina. A contrario sensu, Jesús decía a sus discípulos que debían alegrarse por saber que únicamente aquí (en este mundo físico) eran esclavos golpeados y humillados, porque allá (en el mundo metafísico), en su reino de los cielos todo estará bien.

Platonismo para el vulgo —subraya Nietzsche.

Para el cristianismo las acciones de este mundo no son importantes en sí mismas, sólo son un medio para acceder al mundo verdadero y, evidentemente, creen que su presunto destino divino está condicionado por éstas. Pero nuevamente, si partimos de que no hay un mundo metafísico, lo que hiciste lo hiciste para siempre y lo que dejaste de hacer lo dejaste de hacer para siempre. ¿En qué instancia las acciones tienen mayor importancia?

La pregunta de Aristóteles (¿Cómo debe uno conducirse en la vida?) —continúa— no tiene una respuesta única, como piensan los metafísicos-dictadores de su verdad, sino que hay muchas posibles y cada individualidad la determina. Sólo tú la determinas. Sólo tu cuerpo y nadie más.

¿Es el castillo eso que se quema? —me pregunta Constanza.

Era —respondo mientras contemplo el majestuoso incendio.

Continúa 155

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".