Ser y Devenir 69

¿Qué es Dios? El giro lingüístico. ¿Qué significa la palabra ‘Dios’? Muchos juegos de lenguaje. ¿De qué hablamos cuando hablamos de Dios como ser creador de todas las cosas? Una lista de características deslindaría cualquier concepto y, por tanto, confusión al respecto. ¿Y cuál es el verdadero? Tu pregunta implica tácitamente su existencia porque el valor de verdad reside en la correspondencia lingüística entre un determinado concepto y su referencia en el mundo. ¿Entonces mi pregunta es verdadera? Por el contrario, no porque sea falsa sino porque es potencialmente absurda, es decir, asumes con ella que todo concepto tiene referencia en el mundo. ¿Puedes definir de manera ostensiva palabras como ‘alma’, ‘espíritu’, ‘Dios’?…

—¿Pero existe o no? —me pregunta mi vecino en la celda de castigo.

—Primero tienes que caracterizar el concepto de Dios para luego discutir sobre el sentido que tiene hablar de su existencia. Y qué tipo de existencia.

Por ejemplo, el espíritu absoluto no es una sustancia que exista previamente a las consciencias individuales, tampoco la suma de éstas; mucho menos un conjunto equiparable a un diagrama (el diagrama de diagramas) sino el despliegue de todas las conciencias individuales, a diferencia, por ejemplo, de la concepción aristotélica como causa primera, i.e., la causa que no tiene causa.

—¿Es la proyección de la humanidad? —vuelve a preguntarme.

—Es todo.

—¿Y las religiones?

—Interpretaciones de dicho despliegue histórico.

—Pero todas hablan de lo mismo ¿no?

—No exactamente.

—Todas hablan de Dios.

—¿Cuál es tu pregunta exactamente?

—¿Existe Dios? Y no me vayas a decir —me advierte— que depende del concepto.

—¿Entonces?

—Tú sabes a lo que me refiero.

—No lo sé.

—Pero ¿tú qué crees? ¿Qué sientes?

—Nada —contesto luego de una pausa.

—¡En algo tienes que creer!

—¿Por qué?

—¡Porque todos creen en algo!

—Yo no.

—¿Ni en el espíritu absoluto de Hegel?

¡Aaaaaaaaahhh!

Despierto súbitamente por el intenso dolor en mi rodilla, estoy bañado en sudor y siento la cabeza caliente. El ataque de gota me provoca la fiebre. Estoy acostado sobre una gruesa manta en la sala vacía de mi minimalista vida y rodeado por cientos de papeles que, supuestamente, tengo que revisar y ordenar. Nunca acabarás. Pero cada vez que lo intento me hipnotiza el contenido poético y me remite a su momento hundiéndome, trágicamente, en la más profunda depresión. ¿Te deprime el tiempo? Siempre que veo un texto, de inmediato, me enfrento a los recuerdos. ¿Tu eterno retorno? Puedo ahondar en éstos pero tengo miedo de no regresar en el tiempo.

—Recuerda que quien con monstruos lucha —me dice Nietzsche— tiene que cuidarse de no convertirse también en monstruo. Cuando miras largo tiempo un abismo, el abismo mira dentro de ti…

 

Continúa 70

Por: Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".






EL INDIO FILÓSOFO - Serner Mexica

Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".