Sosa Castelán: traidor, oportunista e ingenuo

Gerardo Sosa Castelán pasa a la lista de dinosaurios hidalguenses que son candidatos a ingresar a una casa hogar para sus cuidados intensivos y dejar la vida pública, pues ya no sabemos si tiene demencia senil o simplemente está desfasado.

Muy a la usanza de los tiempos de Rossell de la Lama, el porro busca que alguien hable bien de él para que lo unjan como el proyecto del estado para cualquier cargo que se desocupe, pero como las porras pagadas ya no se usan, dicen que decidió pagarse una manada de bots y regalar bonos a personal administrativo que busca ascensos, o estudiantes que quieran becas, a cambio de escribir que es querido y confiable.

Sosa Castelán construye castillos de ilusiones que lo coronan como el líder fuerte de Hidalgo, pero se le olvida que tuvo que renunciar al PRI para medio destacar en un partido en el que tuvo que comprar candidaturas para sus huestes, porque en El Invencible no figuraba ni destacaba y es visto como traidor y oportunista.

Gerardo Sosa olvida que la lápida de su pasado encabezando la Sosa Nostra está adherida a él; podrá cantar victoria en MORENA, pero nunca podrá olvidar que en el PRI no pudo ser y que no es amado ni respetado, sólo paga porque hablen bien de él.

Olvida que no es un catedrático destacado, solamente secuestró a la UAEH y buscó una corte que lo aplaudiera, pero es cuestión de tiempo para que las traiciones comiencen a llegar, pues muchos codician su puesto.

El exlíder de los porros y vándalos que atemorizaron el estado no tiene carisma para conquistar multitudes, tiene chequera que cambió por los puños, sabe ser empresario pero no líder. A Gerardo Sosa se le olvida que no nació para liderar, sino para ser grupo de choque y dicen que “la mona aunque se vista de seda…” o “aunque pague bots y aplausos…”.

Usted, querido lector, si ve a estos bots pregunte dónde contratan, becan o pagan a cambio de comentarios. Tal vez el único logro de Gerardo Sosa Castelán es la creación de empleos temporales, porque ser bot o manejarlos también es un empleo.