Morena se encuentra en una fase de expansión política en Hidalgo que a partir del posicionamiento en una fase presupuestaria para el 2026 que incrementará el Presupuesto de Egresos y que asciende a un marco lógico de 2 mil millones de pesos, cantidad significativa a pesar de los 70 mil millones que arribaron al gobierno estatal este 2025.
Los estragos que han causado los impactos climatológicos del huracán Priscilla de lluvias, incomunicación por las inundaciones y miles de damnificados en diferentes latitudes del Hidalgo, marcan la necesidad de reorientar los planes y programas sociales hacia las condiciones de desigualdad social, pobreza y equiparar las condiciones de avances de la programación pública y concreción de las tareas de gobierno. En un trazo significativo, es imprescindible que el Presupuesto de Egresos dignifique al tejido social a través de la redistribución de riqueza y generación de oportunidades sociales.
El combate a la pobreza ha tenido resultados en la administración del gobernador Julio Menchaca, que lo han posicionado en una tangente de aprobación política innegable. Sin embargo, aún estos resultados son insuficientes para darle el piso firme al tejido social y contrarrestar los impactos de la desigualdad y la pobreza, que han sido la radiografía histórica de la insufrible regresión social que causaron los gobiernos del antiguo régimen y, concretamente en Hidalgo, los gobiernos del PRI.
En esta atmósfera de desigualdad social y pobreza siguen los retos y desafíos de las Rutas de la Transformación en el gobierno de Menchaca Salazar, condición que se une a la necesidad que el incremento en el Presupuesto de Egresos para 2026 se erija en el parteaguas del 4º año del gobierno de alternancia; debido a que los últimos dos sexenios en Hidalgo dejaron precedentes mayúsculos de corrupción e impunidad que, invariablemente, han incidido en el deterioro de la cuasi nula calidad de vida del tejido social: en Hidalgo, la mayoría vive pobremente y ha tenido que emigrar y abandonar la entidad para poder sobrevivir.
Es importante destacar que tanto la Unidad de Planeación y Prospectiva, que dirige Miguel Tello, como la Secretaría de Desarrollo Económico, que encabeza Carlos Henkel, avizoran la redirección de lo hecho hasta ahora en el gobierno de Julio Menchaca, para crear mayores oportunidades de generación de riqueza y redistribución de la misma, aunado a las condiciones fiscales que deben generar impuestos progresivos que graven más a la inversión que al trabajo de las y los hidalguenses.
Es necesario que el gobierno estatal amplíe su presencia en planes y programas de desarrollo, donde la asistencia social genere obra productiva y empleo, y que se refuercen los mecanismos para incrementar la inversión internacional y nacional en Hidalgo.
El itinerario presupuestario de 2026 en el gobierno de Menchaca Salazar debe reorientar el Plan Estatal de Desarrollo para que se proyecten nuevas directrices en el plano de la generación de equidad y oportunidades sociales, ya que es doloroso la serie de asimetrías que mantienen en vilo a los sectores marginados y empobrecidos de la sociedad.
La literatura económica internacional que se proyectó en la Agenda 2030 de Naciones Unidas analiza con claridad que las directrices políticas del ejercicio de gobierno en los presupuestos públicos deberá incrementar la presencia de programas productivos que se erijan como la verdadera base del bienestar social. En este vínculo entre directrices políticas y condiciones presupuestarias, la planeación de Hidalgo no puede brillar por su ausencia.
Los niveles de pobreza no pueden convertirse en estadísticas halagüeñas del ejercicio de gobierno. Es el momento de despegue del 4º año de la administración de Julio Menchaca para responder con hechos concretos el combate a la desigualdad social que, de manera persistente, es una anomia del poder político que legaron los gobiernos del antiguo régimen.
