Compórtense: sólo faltan tres años y medio para la sucesión

El surgimiento de esos "acelerados" que ya levantan la mano para ser las o los candidatos a la gubernatura en 2028 habla de la ausencia de disciplina partidista y de respeto hacia quien encabeza el destino de los hidalguenses.

Algo raro, muy raro, viene pasando en Hidalgo. Con el transcurrir de los meses el tema se agrava, y más allá de la sorna popular pocos parecen dimensionarlo. Sí, se trata de lo muy anticipado con que en el estado se vive el proceso de la sucesión gubernamental.

 

No había transcurrido ni un tercio de la administración pública cuando surgieron y dieron la cara algunos de los hoy llamados “adelantados".

 

El que surjan de manera tan temprana bateadores a la candidatura por la gubernatura del estado -principalmente de Morena, hoy partido en el poder en Hidalgo- parece una burla para la sociedad y para quien es el titular del Ejecutivo estatal.

 

Y esto, además, tiene al menos tres significados.

 

Uno de ellos es que esos come ansias ni siquiera esperaron a que la Cuarta Transformación ofreciera sus primeros resultados luego de más de nueve décadas de gobiernos priistas.

 

Tanta premura da a pensar que desde las mismísimas entrañas de Morena no hay control de sus apresurados personajes, además de una falta de respeto para el titular de la administración estatal.

 

Dicho de otra manera, parece que su novatez y ansias de poder les acelera las ganas de empujar, de querer quitar todo lo que encuentren a su paso, y quedar al desnudo por sus deseos desmedidos de ser las y los ungidos.

 

Sí, y lo lamentable es que surjan desde Morena; ni siquiera desde la chiquillada que hoy representan los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), cuyas principales figuras ya portan la casaca guinda.

 

El surgimiento de esos "acelerados" habla también de la ausencia de disciplina partidista y de respeto hacia quien encabeza el destino de los hidalguenses.

 

Denota, lamentablemente, además, que la unidad sólo está presente en el discurso y no en los hechos, lo que se traduce en que cada quien jala por su lado y, peor aún, en defensa de sus intereses.

 

El hecho mueve a risa, a chisme, a intriga y a grilla, mucha grilla.

 

Pero -y he aquí lo importante-, habla de una ausencia de elemental respeto para el líder estatal.

 

Decían los viejos políticos -todos hijos del PRI- que los vacíos de poder, y aún de comunicación, terminan llenándose no de la manera correcta y casi siempre anárquica.

 

Quizá de ahí el dicho de que a río revuelto ganancia de pescadores, que en este caso son los políticos oportunistas, carentes de principios y de ideología.

 

Aunque, es cierto, la ideología es un lujo que pocos, muy pocos, se dan.

Y que el gobernador cada cuatrimestre tenga que salir a pedir a políticos "precipitados" que no se engañen queriendo arrancar hojas anticipadas al calendario, no adelantar tiempos y a solicitar calma, habla por sí mismo de una ausencia de mando dentro del partido guinda... o dicho de manera más suave: de un ejercicio de poder aterciopelado.

 

Cuauhtémoc Ochoa y Simey Olvera son quienes ponen el mal ejemplo en el tablero político, el primero poniéndose muy gallo en contra del gobierno estatal y la segunda de plano dejándose llevar por un falso grito de ¡Gobernadora, gobernadora! Lo cierto es que ambas personas no sólo le han arrancado hojas al calendario, sino que le arrancan la esperanza a un partido al que cualquiera le mete mano.

 

EL CONSPIRADOR


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