Entre las sombras y las presiones a la sucesión transexenal 2028 en Hidalgo, las sombras y pasos perdidos que el PRI ha puesto en antesala con la posible nominación de Carolina Viggiano como contendiente a la gubernatura, deja un escenario de dudas de quién le hará el peso en Morena para contender en esa elección vital para el partido guinda.
Una de las mayores regresiones que presenta la democracia, mis únicos y queridos lectores, son los charlatanes y payasos.
Empíricamente, en más de una ocasión he demostrado que las narrativas políticas son equiparables a charlatanes y payasos, que en busca de un reflector o dividendo público son capaces de vender el monumento a la Revolución. En el trazo contrario, Carolina Viggiano se erige como un serio antídoto a los charlatanes y payasos que están jugando sus cartas sobre la sucesión transexenal en Hidalgo.
En los entretelones de la palestra pública en Hidalgo se ciernen los apetitos de aquellos que han infiltrado y se han infiltrado en Morena, y se encuentran creando un escenario proclive a inclinar la balanza en su favor en los grupos de poder de cara a la sucesión transexenal del 2028.
El esquema de los charlatanes y payasos ha creado un lobby de presión política que es necesario analizar y develar.
I. Los charlatanes
Son todos aquellos que llegan precedidos de un capital político incubado desde un activismo ciego que logró movilizar en algún momento a contingentes adheridos sin visión de construcción pública. En este caso, el charlatán vendió la idea que su fuerza y poder de convocatoria incidiría en amplios trazos de legitimidad y credibilidad en las instituciones y estructuras del gobierno de alternancia de Julio Menchaca, lo cual creó una ilusión o espejismo de que el voto se había incrementado a partir de su presencia sin que se pudiera arquear, necesariamente, este capital político.
En este trazo, los charlatanes se presentan como operadores políticos y basan su poder en la “mediación”, la cual, la mayor parte de las veces, suele ser sólo un espejismo.
II. Los payasos
El payaso se mimetiza con la máscara. Su maquillaje lo vuelve un camaleón que intenta desprenderse de las etiquetas partidistas en las cuales se desarrolló y con las cuales comulgó.
Los payasos defienden a capa y espada el proyecto político en el cual se insertan, inclusive, son más papistas que el Papa. Por lo que, en el caso de la infiltración en las estructuras del gobierno de Morena, se presentarán como los más fieles y leales a la 4T, dando por sentado que sus palabras y acciones direccionan a la izquierda. Recordemos los que levantan la mano izquierda y cobran con la derecha.
La conectividad entre charlatanes y payasos suele ser uno de los mayores estresores en cualquier ejercicio de gobierno. El charlatán se une al payaso y viceversa, porque se reconocen e identifican. En este caso, sus máscaras políticas se ven ampliamente expuestas, lo que los obliga a establecer alianzas entre sí, las cuales duran dependiendo de la zona de confort o peligro en el que se encuentren.
Comportamiento político de los charlatanes y payasos
Charlatán
Desata retóricas recurrentes sobre el proyecto político, lo expone como panacea y jamás lo critica. Suele utilizar un lenguaje escabroso y complicado, porque esconde sus intereses y los esconde a través de sus retóricas.
Payasos
Presentan un optimismo que no coincide ni con la inteligencia ni con la realidad. Suelen alabar, como lo indicó Maquiavelo, casi cualquier escenario y jamás tienen un tema central en la conducción pública; rehúyen la responsabilidad y crean desconcierto de camaradería, por lo que postergar una tarea es vital para preservar su encargo.
El escenario de charlatanes y payasos se hará más visible en la medida que sientan fuera sus intereses en la carrera a la gubernatura en 2028.

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.