Hidalgo ha entrado en una fase de redefinición sobre las estrategias de combate al mercado ilícito de combustible en el trasiego de huachicol.
El Estado Digital, que ha sido impulsado en la administración del gobernador Julio Menchaca, puso énfasis en la eficiencia administrativa y la reducción de costos públicos, tanto a nivel institucional como para la ciudadanía, al tiempo que una de las medidas que oscilaron en la estrategia digital se unió al planteamiento iniciado por AMLO para reducir la discrecionalidad pública administrativa y controlar los desvíos públicos por corrupción.
La instalación del C5i como instancia de seguridad, cuyo epicentro es la prevención e investigación del delito, cierra una pinza desde la estrategia digital y ha comenzado a ser parte integral en la redefinición de las pesquisas del mercado ilegal de combustible en Hidalgo, con una constante desarticulación de bandas de huachicol y la recuperación de combustible en un negocio ilícito que genera miles de millones de pesos al año y que se ha convertido en el epicentro del financiamiento para otros ilícitos.
En este trazo, se ha incrementado la interacción del gobierno de Julio Menchaca con las pesquisas nacionales de huachicol, donde, recientemente, se desarticuló a una banda que operaba en la región centro del país, de la cual Hidalgo ya constituye una región neurálgica en este delito y es pieza clave en su combate.
Las declaraciones de Omar García Harfuch -que aluden que entre 2019 al 2024 la sustracción de combustible vía huachicol le infringió pérdidas entre 75 mil a 750 mil millones de pesos a la paraestatal PEMEX- han venido acompañadas de las medidas en torno a la utilización de estrategias digitales que lo mismo se unen a investigación en materia de seguridad pública que en torno a la detección de presión en la red de suministro de combustible, acciones que en Hidalgo ya han surtido efectos notorios en la detención de delincuentes y en la redefinición de la estrategia digital en materia de huachicol.
Sin embargo, las pesquisas no operan exclusivamente con agentes directos en el robo de combustible, sino, también, con los destinatarios que no sólo son de venta a usuarios comunes. Se ha detectado un flujo importante de trasiego de huachicol a empresas y negocios que se suman a una red a nivel internacional con el flujo de combustible ilegal. Recordemos el buque-tanque incautado en Tamaulipas por el gobierno federal, que predispuso una investigación mayor sobre los vínculos del área central del país para la migración ilegal de combustible con destinatarios internacionales.
En esta atmósfera, Hidalgo deberá, desde su estructura logística digital, crear nuevos instrumentos para fortalecer sus estrategias de combate al crimen organizado que, en la medida que ha hallado mercado para el huachicol a nivel internacional, se encuentra en una delicada tarea de investigación policial que deberá trascender en los vínculos con la seguridad nacional.
Todo indica que en la medida que el mercado de huachicol internacional se intensifique, la operación delictiva se hará más compleja, cuestión que también apunta a que las bandas que operan se insertarán en la infiltración de hackeo hacia los sistemas digitales, condición que ya se ha presentado en el país y más allá a nivel internacional.
Países como Rusia y Estados Unidos han desarrollado investigaciones y pesquisas sobre el hackeo como estrategia de infiltración gubernamental y dirección de ilícitos en diferentes dimensiones públicas. Los gobiernos son susceptibles al hackeo de información, lo cual presupone que tanto el gobierno de México como entidades locales como Hidalgo, son susceptibles a infiltración.
La zona centro del país, de la que Hidalgo es partícipe en la referenciación geolocalizada del trasiego de huachicol, exige la constante visoria de la estrategia digital para contener la presencia de las bandas delictivas que han percibido la vulnerabilidad concreta y potencial del tráfico de combustible.
