El colapso del liderazgo: San Román, entre promesas incumplidas y un pueblo que ya no espera

El control político que presumía Alfredo San Román, alcalde de Huejutla, se ha desvanecido ante una ciudadanía que ya no se traga el discurso del “ya merito”.

La gira del gobernador Julio Menchaca por la Huasteca para esta semana no ocurre en tierra serena. Por el contrario, lo recibe una región donde la temperatura social está alcanzando niveles de ebullición. Y no se trata sólo del calor de julio, sino del creciente hartazgo popular ante la ausencia de soluciones reales y la simulación política que ha caracterizado a algunos gobiernos municipales, entre ellos, el de Huejutla.

 

Alfredo San Román Duval, el carismático “Carretas”, quien llegó con el discurso de la transformación, hoy se ve claramente rebasado. El control político que presumía se ha desvanecido ante una ciudadanía que ya no se traga el discurso del “ya merito”. Las recientes protestas de comunidades como Chililico y Santa Cruz no son hechos aislados, sino síntomas evidentes de un gobierno local que ha fallado en lo más básico: cumplir la palabra empeñada.

 

Lo sucedido en días recientes fue una muestra cruda de ese desgaste. Primero, la toma repentina del palacio municipal por parte de pobladores de Chililico, exigiendo atención inmediata. Apenas se dispersaba el polvo del conflicto cuando irrumpieron también habitantes de Santa Cruz, quienes no sólo manifestaron su indignación, sino que decidieron llevarse a varios funcionarios como rehenes: el secretario municipal, un asesor político y tres policías fueron privados de su libertad por casi 48 horas y encerrados en la cárcel de la comunidad. ¿Y el alcalde? Brillando por su ausencia. Lejos de encabezar el diálogo o poner el pecho a las balas, San Román optó por el silencio y la evasión.

 

Fue el subsecretario de Gobierno, Ignacio Primitivo Nava, quien tuvo que intervenir para resolver el conflicto. La figura del edil, mientras tanto, quedó reducida a un actor ausente, incapaz de sostener el pulso con su propio pueblo.

 

Y mientras el “líder natural” se esconde, en municipios como Yahualica, la presidenta Francisca Lara ha dado cátedra de temple. Ella, sin reflectores ni poses, ha sabido enfrentar las crisis con solvencia y responsabilidad. Ha dado la cara, ha escuchado y ha negociado. Una mujer de capacidad y carácter.

 

Pero eso no ha sido una desventaja, sino una ventaja moral frente a la cobardía disfrazada de estrategia política que se observa en Huejutla. El gobernador Julio Menchaca, hombre que no ignora los informes de inteligencia, seguramente ya tiene pleno conocimiento de este panorama. Lo que viene ahora no es sólo una visita, sino una prueba.

 

San Roman no sabe representar las causas de las 4T, no logra entender el movimiento, mientras alardea como si fuera un emperador, la gente está lastimada y furiosa por las chambonadas de su presidente. Porque la Huasteca está hablando… y cada vez lo hace con más fuerza.

 

 

EL CONSPIRADOR  


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