Los Charros de Jalisco fueron el último equipo en clasificar en la zona norte, cerrando la temporada con récord de 46 ganados y 46 perdidos.
El conjunto dirigido por Benjamín Gil sorprendió al eliminar primero a los Sultanes de Monterrey, líderes del norte, y después a los Algodoneros de Unión Laguna. Sin embargo, en la serie final fueron barridos por los Diablos Rojos del México.
El equipo jalisciense se fue armando sobre la marcha y, aunque basó gran parte de su juego en la velocidad, sufrió un golpe fuerte con la lesión de Billy Hamilton, líder robador del año pasado, quien apenas alcanzó a jugar diez encuentros.
En el bateo, su hombre más efectivo fue Michael Wielansky, con promedio de .365, tres cuadrangulares, 47 carreras producidas y 27 robos de base. También destacó Johneshwy Fargas con un sólido .339, además de 14 jonrones, 55 producidas y 38 robos.
Kyle Warlick y Mateo Gil, hijo del mánager, cumplieron con promedios de .297 y .292, aunque en la serie final apenas conectaron un imparable entre ambos. En tanto, el ex Tigre Willie Calhoun aportó el poder que le hacía falta al lineup.
A mitad de la campaña, los Charros se vieron obligados a desprenderse de su mejor pelotero, el panameño Allen Córdoba, quien partió a los Diablos cuando era líder robador. A cambio recibieron a Zac Grotz, que se consolidó como su pitcher más confiable, y a Trevor Clifton, cerrador probado en la liga invernal.
En la rotación, Eduardo Vera (8-5, 5.92), Luis Payán (5-5, 5.21) y Luis Iván Rodríguez (3-0, 2.79) no pudieron responder en la final.
Pese a todo, estos Charros resultaron una grata sorpresa, llegando más lejos de lo que muchos de sus aficionados imaginaban.
Lástima que las polémicas declaraciones de Benjamín Gil encendieran todavía más a los Diablos, que terminaron por barrerlos en cuatro juegos.

Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.