Impensable, cuando el imperio de la derecha del antiguo régimen era juez y parte en la nación, habría sido que una comunidad “expropiara” un edificio del PRI para uso público de mejor y mayor calado, ante percibir que no pueden existir elefantes blancos que vulneren los intereses del pueblo, mis únicos y queridos lectores.
La crisis de extinción política por la que atraviesa el PRI -y que ya presupone el éxodo de políticos como Jorge y José Antonio Rojo, herederos del otrora poderoso Grupo Huichapan en Hidalgo- marca una debacle que desmorona cualquier intención de análisis crítico para comprender en su justa dimensión hasta dónde llegará esta crisis.
En Yahualica, sus habitantes, a través de una asamblea general, decidieron “expropiar por uso público” la sede del PRI en sus oficinas del Comité Municipal; golpe magistral que, sin lugar a dudas, será emulado en otras latitudes del territorio nacional, no sólo en Hidalgo, porque sienta un precedente de que cuando un edificio que deviene de lo público es disfuncional a los intereses del pueblo, es necesario retomarlo y darle paso para beneficio ciudadano.
En este trazo, Marco Mendoza -que no termina de reponerse del infausto proceso de afiliación al PRI Hidalgo, que ha resultado una odisea anticipada de fracaso para la estructura del tricolor- ahora debe aceptar que por carácter de uso y beneficio público la ciudadanía se encuentre reorientando los elefantes blancos que aún se encuentran en dominio del PRI, tal y como sucede con el pago del predial a título de embargo de la sede del bulevar Colosio en la metrópoli capital Pachuca por adeudo de más de 800 mil pesitos al ayuntamiento que preside Jorge Reyes y que no perdona chipote con sangre, sea chico o sea grande.
Yahualica sienta un precedente ciudadano que podría extenderse a todo lo largo del territorio hidalguense; recordemos que, en los principios del gobierno de Julio Menchaca, todos aquellos inmuebles en uso “desorientado”, “inexistente”, “malversado”, como sucedió con la “fundación” creada por Jessica Blancas en uso de un edificio público, serán reorientados como señaló el contralor Álvaro Bardales y se les dará el uso que en beneficio del pueblo le exija.
El mensaje de los habitantes de Yahualica tiene una lectura política interesante para la derecha en Hidalgo y la Nación.
I. Lo que es público es del pueblo
Todo bien público es del pueblo, por lo que su uso y usufructo le pertenece a la soberanía de ese pueblo que puede ir en consenso a dirimir hacia dónde será orientado para su utilidad pública cuando haya dejado de servir a los usos que la soberanía popular le ha conferido.
II. No a los elefantes blancos
La ciudadanía percibe que no vive en la Francia de los luises, llámense “Rey Sol” como Luis XIV o “Rey de Dios” como se hizo llamar Luis XVI, por lo que ningún edificio o potestad pública que no se utilice para servicio expreso del pueblo puede estar bajo un dominio absurdo.
Es evidente que la 4T tiene aleccionado al pueblo y que, más allá de cualquier postura ideológica, ha entendido y asumido que el poder público es un principio de soberanía popular, por lo que ahora la ciudadanía organizada está percibiendo que llegó el momento de desterrar a los luises o mirreyes, sean del partido que sean.
¿Qué otra noticia de este calibre le estará aguardando a Marco Mendoza?

Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.