Prácticamente, mis únicos y queridos lectores, en todo lo que va de la presente legislatura del Congreso local de Hidalgo, las arenas políticas habían estado aquietadas por razones obvias, la derecha pesa menos políticamente que un paquete de palomitas.
En este trazo, lo mismo la convulsión sobre la defensa e impugnación del dobleteo de plazas públicas para docentes, que la discusión de improcedencia sobre las impugnaciones del PAN en materia de acusaciones de la diputada del blanquiazul, Claudia Luna, que dejó ver que no se revisan ni dictaminan las iniciativas; la morenista Lizbeth Ordaz le midió el agua a los camotes, rechazando los posibles infundios y argumentos, aludiendo que, tan sólo en el primer año de esta legislatura, se dictaminaron 216 iniciativas.
Me canso ganso
Lizbeth Ordaz le ha dado un golpe de memoria a la panista Claudia Luna, al compás del Tlatoani “me canso ganso”; quizá en la remembranza de que las cosas funcionan en el Congreso local de manera distinta a las prácticas de las legislaturas del antiguo régimen, aunque cabe decir que falta mucho por hacer para que el pueblo de Hidalgo reincorpore el concepto de dignidad humana a la política local.
Para Lizbeth Ordaz “no existe consigna” para obstruir o detener las iniciativas de la derecha, en franca minoría en el Congreso local, porque se actúa al plan trazado por la legislatura. Condición que no deja de presentar el peso de una mayoría morenista que puede y, en los hechos lo hace, aprobar o rechazar el peso sustantivo de una iniciativa. Pongamos que nos encontramos en la era de “no somos iguales” y Morena construye para el bienestar del pueblo.
En el análisis crítico de estas arenas políticas aquietadas en el Congreso de Hidalgo lo que sobresale es que no existe, en términos reales, oposición. La oposición sólo se encuentra en términos nominales, pero su ineficacia en la labor legislativa es evidente, porque, hasta ahora, no existe ninguna iniciativa de la derecha que haya calado hondo en la ciudadanía para que sea esta la que defienda a las huestes de lo que queda del PRIANISMO en Hidalgo.
Sin el ganso, también
Lo que no percibe la derecha, ya sea cuando en el Congreso local intenta armar una escaramuza -que suele no permitir la retórica de Tania Meza que, ni tarda ni perezosa, se apresta a demoler el discurso de diputadas y diputados de la derecha- es que la estrategia de beligerancia de “Alito” sólo causa molestia ciudadana y que ha sido rechazada a nivel nacional en la lectura política de que el golpeteo no construye ni ciudadanía ni iniciativas legislativas.
Por ende, el mensaje político de Lizbeth Ordaz a Claudia Luna no estriba en desmentir el tema del dictamen de iniciativas sino en marcar la impericia e ineficiencia que presenta la bancada de la derecha en el Congreso local.
Desplumando al ganso
Es perceptible que los zafarranchos en el Congreso de Hidalgo no resultan climáticos.
La ciudadanía espera de la derecha una defensa mayor de los intereses del pueblo, al estilo de Morena, por lo que no se percibe que la bancada de la oposición pueda crear iniciativas que redistribuyan riqueza, oportunidades sociales y presencia de pueblo en sus retóricas y defensas.
Más allá del ganso
Por cierto, ahora que inició la Feria de San Francisco, ¿la iniciativa para prohibir las corridas de toros, ya cuajó, diputada Ordaz?
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
