Siempre será más fácil destruir que construir y, desde luego, polarizar que consensuar.
Eduardo Medécigo, alcalde de Mineral de la Reforma, se encuentra siendo impugnado por el Comité Directivo Estatal del PAN Hidalgo, que acusa a su administración de un subejercicio de gasto por 400 millones de pesos, en un tránsito lento de aplicación de recursos y respuesta pública.
El alcalde Medécigo Rubio ocupa, también, el encargo de presidir la Asociación de Alcaldes de Hidalgo, condición que lo ha predispuesto en una coordinación de agendas municipalistas para garantizar un mejor desarrollo de los 84 ayuntamientos de la entidad, plano en el cual destaca por su pericia y proyección de una planeación urbana apegada a las lógicas alternativas y de preservación ambientalista.
Mineral de la Reforma es uno de los municipios conurbados a Pachuca que ha sufrido los estragos de la rapiña de las empresas inmobiliarias, la nula planificación urbana en medio de una creciente anarquía de apetitos económicos privados y, también, el peculado en administraciones pasadas.
Es en este ambiente de contrastes, donde el PAN Hidalgo -que se ha convertido en el policía político de la derecha en Hidalgo- ha efectuado pronunciamientos sobre la administración de Eduardo Medécigo, donde, en una grave acusación, la regidora Marlene Puertas acusa que contratos realizados por esta gestión municipal no cuentan con el aval del Cabildo, condición que, de ser probada, pondría en vilo a la administración del alcalde Eduardo Medécigo.
Sin embargo, como nada está probado por las suspicacias del Comité Directivo Estatal del PAN Hidalgo -que se encuentra más activo en sus reacciones de mirar con lupa política lo que hace el oficialismo, antes de evaluar que su proceso de afiliación y actuación como interlocutor político de la ciudadanía en Hidalgo es un verdadero fracaso- conlleva a reflexiones de forma y fondo sobre los ¿por qué? de esta denodada actitud indagatoria que, hasta ahora, no ha surtido efectos ni en el Congreso local ni desde su Comité Estatal del blanquiazul.
En este correlato del PAN Hidalgo habrá que evaluar la pertinencia de las acusaciones sobre la administración de Eduardo Medécigo y el “subejercicio” de gasto que, a decir de las huestes blanquiazules, corre el riesgo de regresar el recurso a la federación o al estado, cuestión dantesca que eriza la piel y que le debe haber quitado el sueño al alcalde de Mineral de la Reforma, porque si de algo adolecen los municipios de Hidalgo es de ejercer un presupuesto que alcance para obra pública y social.
Entre peras y perones, la regidora Marlene Puertas ha puesto en el ojo del huracán al alcalde Eduardo Medécigo, quien deberá aclarar el particular para desentrañar las bases del “subejercicio”, del cual ha sido acusada su administración, además de “existir” la firma de contratos no autorizados por el Cabildo.
Los antagonismos, que a título de suspicacia y arqueo público está encabezando el Comité Estatal del PAN Hidalgo, nos recuerda que al perro de Tía Cleta, le rompieron el hocico por andarse metiendo donde no le concernía y la metáfora aplica en amplitud dentro del vendaval de la crisis del PRIAN en Hidalgo, que no atina a presentar propuestas e iniciativas ya sea en el Congreso o dentro de los escaños que detenta en las regidurías de los municipios para poder generar una vanguardia política que vaya más allá de las suspicacias.
De no ser probado el “subejercicio público” en Mineral de la Reforma, el PAN Hidalgo entrará en una espiral mayúscula de descrédito social, debido a que no brilla por su capacidad de interlocutor de la ciudadanía y, mucho menos, por presentar una historiografía de lucha social por las y los hidalguenses.
Las entrañas de las impugnaciones del PAN Hidalgo nos recuerdan a la fábula de Ícaro y Dédalo que, con sus alas de cera, cayeron estrepitosamente al vacío.
