En un capítulo inesperado en el ajedrez político de Hidalgo, el presidente Sergio Hernández Hernández ha dimitido a su dirigencia en el partido Nueva Alianza, el cual mantiene su registro como entidad local y se erige como la segunda fuerza política en el mapa geopolítico del estado.
La lectura analítica de la dimisión de Sergio Hernández no deja claro los motivos de forma y fondo que la han impulsado, ello, debido a que los números de su conducción lo avalan como uno de los líderes con mayor fuerza política en Hidalgo y con el peso de la legitimidad de sus cuadros en el partido turquesa.
En el comunicado de dimisión, Hernández Hernández deja ver los signos de la consolidación de un partido local que se ha convertido en la piedra angular de la alianza con Morena en Hidalgo y que perfila un trabajo intensivo en la formación de cuadros militantes; al tiempo que refrenda el valor de las mujeres del partido y su crecimiento político como la segunda fuerza política.
El paso de Sergio Hernández en Nueva Alianza ha dejado un grato sabor de boca para sus afiliados y una estructura sólida que refrenda el cometido de un partido que, desde su base de sustentación magisterial, ha dado el salto cualitativo en Hidalgo.
Es evidente que la carrera política de Sergio Hernández no habrá de culminar con su dimisión a la presidencia de Nueva Alianza y todo perfila a su trayectoria hacia un enroque gubernamental en la estructura del gobierno de alternancia de Julio Menchaca, que ha contado con un aliado decidido y firme en la construcción de la 4T en Hidalgo.
De darse un enroque político de Sergio Hernández en la administración del gobernador Julio Menchaca, el péndulo de adhesión se presenta como polivalente, porque Hernández Hernández lo mismo ha probado su capacidad en términos de operación política, formación de cuadros, conducción partidista y como líder político, virtudes que se suman a la lealtad política y estrecha relación con el primer mandatario de Hidalgo.
En el imaginario político de Hidalgo no pasó desapercibido en el 3er Informe de Gobierno de Julio Menchaca el peso político de Sergio Hernández que, en el apoyo a la actual administración, se erigió como un referente del trabajo disciplinado y de perfil bajo, donde su mesura y discreción hicieron crecer al partido turquesa.
Existen dimisiones necesarias en la política cuando un personero se ha anquilosado y enquistado en el poder como sucede en partidos de la vieja guardia, que ante su postura antidemocrática y obtusa generan crisis y debacle política; condición a la inversa de lo ocurrido con la dimisión de Sergio Hernández, que propina un golpe en la mesa con un paso al costado que, a todas luces, fortalece las acciones de Nueva Alianza y predispone una renovación en su dirigencia que debe permear hacia un liderazgo de altura para llenar los zapatos de Hernández Hernández.
La actitud demócrata de Sergio Hernández en Nueva Alianza debería ser emulada por la clase política enquistada en el poder que no ha entendido, como lo ha señalado el gobernador Julio Menchaca, que la política es de tiempos, mesura y discreción en el encargo público.
Las huellas de Sergio Hernández en Nueva Alianza encauzan un despertar en la conciencia política en Hidalgo; ahora sólo queda continuar la construcción de la firmeza de cuadros en el partido turquesa.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.







