Chapultepec
Coyotzin jala una camilla de ramas donde yace Mexica. Kimo lo sigue.
KIMO: Yo creo que aquí podemos descansar.
Se escuchan escalofriantes aullidos a la distancia.
KIMO: Mejor más adelante. (Coyotzin ladra) Ta bueno, ta bueno. Aquí nos quedamos. Pero ai’ tú te encargas si viene alguno de tus parientes.
Kimo pone ramas en el suelo, se sienta y toma dos rocas, las choca para hacer fuego. Nada. Insiste y nada. Vuelve a insistir hasta que se desespera y emite gritos de primate loco. Se escuchan aullidos a la distancia, Kimo se asusta, queda quieto, voltea lentamente y… Se encuentra de frente a Coyotzin.
KIMO: ¡Aaaah! ¡No vuelvas a hacer eso! No manches, me sacaste un, un… ¡Un sustote! (Coyotzin ladra) ¿Tú sabes hacer fogatas? (Coyotzin olfatea el área) Y ora qué. (Lo sigue) Qué, queobas, qué pasó. Adónde vas o qué pasó. ¡Vientos, encontraste fruta!
Kimo las recoge y mastica desordenadamente. Coyotzin ladra.
KIMO: Ta bueno, ta bueno, primero cosechamos y luego nos las comemos.
Ambos recolectan mientras cerca de Mexica entra Chac-Mool, barba crecida y despeinado; se hinca ante ella y le toma la mano.
CHAC-MOOL: ¿No te acuerdas de mí? Yo no puedo olvidarte. No he podido dejar de pensar en ti. Estuve un año inconsciente, pero cuando desperté tu rostro era lo único que tenía en la mente y desde ese momento te he buscado. Te he buscado por todos lados y al fin te he encontrado. Te he encontrado, amada mía. Por fin te encontré, vida mía. Finalmente encontré mi existencia legítima.
Chac-Mool la besa en la boca. Mexica despierta súbitamente, lo patea y él sale volando de espaldas. Kimo y Coyotzin voltean. Mexica llega con Chac-Mool, lo sujeta del cuello y lo somete con facilidad.
MEXICA: ¡Quién eres!
CHAC-MOOL: (con dificultad) Chac-Mool.
MEXICA: ¡Y por qué me besaste!
KIMO: ¿¡La besaste?! No, no, no, yo a este sí me lo surto, y vaya que traigo ganas de partirle la mandarina a alguien.
CHAC-MOOL: Perdón-ame.
KIMO: ¡No te perdono!
CHAC-MOOL: ¡No te estoy hablando a ti!
MEXICA: ¡Quién te mandó!
CHAC-MOOL: Perdón-
MEXICA: ¡Habla ya!
CHAC-MOOL: Perdónam-
MEXICA: ¡Habla!
Chac-Mool jala aire.
MEXICA: ¡¡Habla!!
CHAC-MOOL: ¡Te amo!
Mexica, sorprendida, lo suelta. Chac-Mool cae al suelo y recupera la respiración.
MEXICA: Tenemos que irnos.
KIMO: (por decir algo) Fuimos por fruta, ¿no quieres?
MEXICA: Vámonos.
Mexica se encamina seguida por Coyotzin y Kimo. Chac-Mool se pone de pie sobándose el cuello.
CHAC-MOOL: ¿Puedo ir con ustedes?
MEXICA: ¡Aléjate de mí!
Salen.
CHAC-MOOL: ¡Pues si no hice nada malo! ¿O sí?... ¡No! ¿O sí?... ¡No! ¿O sí?... (sonríe) ¿Verdad que no?
Continúa XXIII

Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".