Francia estrena el presidente más joven con apenas 39 años de edad, lo que nadie esperaba que sucediera entre los once candidatos a la Presidencia en la primera vuelta. Después de una campaña turbulenta y un debate confuso entre los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, Emmanuel Macron y Marine Le Pen, finalmente se impuso el primero con poco más de 66.1% de los votos, contra el 33.9% para la representante del Frente nacional, de extrema derecha.
Sin embargo, las elecciones en Francia en la segunda ronda se caracterizaron por una alta abstención, 25.38%; mientras que los votos en blanco y anulados sumaron casi 9% de los votantes registrados, unos 4 millones, lo cual representa un récord para una elección presidencial, de acuerdo con las fuentes francesas.
Sin duda, las elecciones en Estados Unidos y en Francia podrían ser una lección para México y una advertencia a la clase política mexicana de cara a 2018. En mi opinión, en el caso de Estados Unidos, la idea de crear un candidato ganador a través de los medios no dio fruto y pese a las reiteradas descalificaciones al hoy presidente Donald Trump, éste terminó ganando las elecciones presidenciales. En Francia, el presidente electo, Emmanuel Macron, ha demostrado que se puede desertar de un apartido en el último momento, formar un movimiento en pocos meses y ganar las elecciones.
Ambas experiencias muestran el enojo y la decepción con las formas tradicionales de gobernar de parte de la ciudadanía. En Estados Unidos y en Francia los ciudadanos encontraron en los propuestas hechas por los ahora presidentes, Trump y Macron, el discurso que querían escuchar y lo que quieren que sus presidentes hagan en su nombre, con las diferencias entre ambos proyectos y formas de hacer las cosas, por supuesto; uno de derecha y otro de centro izquierda.
La victoria de Emmanuel Macron el domingo pasado en Francia no sólo se ha convertido en un terremoto en la política francesa, sino que ha repercutido en Europa y quizá, si el nuevo presidente de Francia para la acción en política internacional y deja la mediación, también lo hará en el mundo. Quizá por esa razón, al día siguiente el presidente electo, Emmanuel Macron, hablaba por teléfono con mandatarios extranjeros como Donald Trump, Theresa May, Angela Merkel, Justin Trudeau, Recep Tayyip Erdogan, entre otros.
A diferencia de Estados Unidos, donde la derecha se ha instalado encarnada en Donald Trump y los legisladores republicanos; en Francia, los partidos y los ciudadanos le han salido al paso a la derecha para evitar que el Frente Nacional de Marine Le Pen ganara las elecciones presidenciales; una mujer ambiciosa que no sólo se ha apoderado del partido que fundó su padre, Jean-Marie Le Pen, sino que ha sido capaz de llevarlo antes los jueces en su disputa por el poder dentro del partido. Peso ese triunfo no hubiera podido ser sin el apoyo de los republicanos franceses, los cuales fueron desplazados en la primera vuelta por el Frente Nacional.
Trump no ha perdido el tiempo para demostrar que es el más rápido del Oeste en Twitter y cuando el presidente electo de Francia dirigía un mensaje a sus electores en París, le envió un mensaje para felicitarlo por su triunfo. En efecto, a las 19:30 horas de Francia, Trump felicitaba a Macron por teléfono por su victoria, pero antes lo había hecho por medio de un tuit, diciendo “mirar hacia delante” para trabajar con él.
El lunes los medios no sólo se hicieron eco de ese hecho sino que comentaron que Francia estaba dando lecciones de inteligencia y madurez política en Estados Unidos y el mundo con su elección; algo que podría repercutir en las próximas elecciones en el Reino Unido y en Brexit.
Con la elección de Macron la continuidad de la Unión Europea y del liderazgo franco-alemán en ella está asegurado. Antes de las elecciones francesas había temor por el posible triunfo del Frente Nacional y la salida de Francia de la Unión Europea, lo que habría dejado sola a Alemania al frente de la Unión Europea; quizá por esa razón luego de confirmarse el triunfo de Macron, desde Berlín, Washington, Roma, Moscú o Londres, se produjeron reacciones encontradas, pero muchas de ellas de alivio, al ver que la estabilidad seguirá garantizada por una Unión Europea más sólida, aún debilitada por la salida del Reino Unido.
Pareciera que no hay un camino definido sobre lo que los ciudadanos son capaces de hacer cuando los sistemas electorales son neutrales y sólidos, pese a la desconfianza en ellos del propio presidente Donald Trump; sin embargo, si la neutralidad de ellos es garantizada, los resultados pueden ser inusitados. Si así fueran las cosas, es posible que en 2018 pudiera producirse en México una sorpresa y ver llegar un presidente del cual hasta ahora nadie piensa que pueda serlo.
Si en Guatemala un cómico ha llegado al poder después de los escándalos de corrupción, ¿en México no podría pasar algo inédito?

Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.