Verónica ANGELES
“La interpretación o connotación sexista del uso del lenguaje tiene que ver con el contexto con el momento, con la idiosincrasia de las personas, y con lo que cada quien tenga en su mente”, así respondió la diputada María Luisa Pérez Perusquía, presidenta de la Junta de Gobierno, al cuestionarle si considera que el gobernador del estado hace un uso sexista del lenguaje.
La pregunta deriva de la notificación que hiciera llegar el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en la que solicita la intervención del Congreso Local por el presunto uso de lenguaje sexista por parte del titular del Poder Ejecutivo.
Al respecto, la legisladora indicó que en efecto ya fueron notificados, pero que en el documento no se especifica cuál es la petición para el Congreso; por ende, anunció que se va a hacer un análisis de lo que se manifiesta, primero al seno de la Comisión de Equidad por la temática de igualdad de género.
Sin abundar en el tema, mencionó que la queja sobre el presunto uso del lenguaje sexista no proviene del TEPJF, sino de otras instituciones, pero no quiso decir más.
Pérez Perusquía dijo que existe una “línea muy delgada”, entre el uso del lenguaje y que se le dé una connotación sexista.
No obstante, recordó que la postura del gobernador ha sido la de negar siquiera la intención “de usar el lenguaje con connotaciones sexistas”, pero insistió en que la línea “es muy delgada y tiene que ver con las condiciones con las que se emite el mensaje”.
Precisó que en el Congreso hay un pronunciamiento a favor del uso del lenguaje incluyente.
En el tema específico, la legisladora explicó que el uso sexista está vinculado con los roles de género y en el caso de los “besos y cochinadas”, Pérez Perusquía manifestó que “el gobernador expresó a qué se refería, lo aclaró ante el auditorio, no se presta a la interpretación y ahí sí cada quién”, concluyó.