Parece que el estilo rufián en la palestra política se ha puesto de moda en la oposición que, sin escrúpulo ni mesura política alguna, le grita a la presidenta Sheinbaum Pardo; en la paradoja que, ahora, los patos les disparan a las escopetas.
Envalentonados, Alejandro ‘Alito’ Moreno y Marko Cortés le han levantado la voz a la presidenta Claudia Sheinbaum, señalando que impugnarán la elección del Poder Judicial, cuestión que la primera dama no sólo tomó con calma y refirió que “pueden hacerlo”, sino que aplicó el refrán de “a palabras necias, oídos sordos”.
La elección del Poder Judicial dejó a la postre reposicionado al gobierno de Claudia Sheinbaum y, pese a que los números de afluencia a las urnas fueron ínfimos, en la ingeniería electoral de encargos de representación popular en México la mayoría simple en la representación ciudadana avala cualquier escaño público. Mis únicos y queridos lectores, como dijo el flaco de los molinos de viento, “dejad que los perros ladren, señal de que venimos cabalgando”.
En Hidalgo, el reposicionamiento de Morena en la estructura del Poder Judicial ya empuja, materialmente, la sucesión transexenal de 2028, donde Rebeca Aladro no sólo ha cobrado fuerza política, sino que se apresta a consolidar la 4T en la versión de las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca. En este trazo, Rebeca Aladro aparece como la carta fuerte del 4º Piso que, inclusive, con sigilo, ha ido paulatinamente desplazando a Simey Olvera, que no encuentra en la mesura y conducción política los elementos necesarios para empoderarse de cara a la renovación política del 2028 y su presencia en fiestas y redes sociales no le augura el futuro promisorio que, al inicio del sexenio, parecía aventajar.
Entre gritos y amenazas
El líder perpetuo del PRI Nacional tuvo en Hidalgo aval con la postura de Marco Mendoza que gritó a los cuatro vientos que no iría a votar porque el proceso electoral de renovación del Poder Judicial se encontraba “controlado por Morena”. Empero, sus propias fuerzas unidas a las del PAN acusaron que la elección del Poder Judicial no había contado con la afluencia importante de votantes. Esto nos recuerda, chenchita, que es como tragar pinole: si lo comes, te atoras y si lo tragas, también.
De trogloditas y balbuceos guturales
Pese a que subrepticiamente las fuerzas del antiguo régimen desplegaron acordeones en la elección del Poder Judicial, no bastaron los baños de pureza que se dieron en el Senado de la República, creando hogueras desde sus curules y pidiéndole a los dioses que le mandaran un rayo a Gerardo Fernández Noroña, mientras la senadora Lilly Téllez le gritaba que era un descarado, un hijo… de la mala vida, y que Morena había hecho de las suyas porque es una bancada abusadora; Andrea Chávez, con su imagen en las fotografías de sus ambulancias cantaba “yo no soy abusadora, yo no soy abusadora”; Alito y Markito dirigieron sus miradas a los periodistas y cuchicheaban “a estos hay que matarlos de hambre”.
El zafarrancho en el Senado, protagonizado por el PRIAN, sacó, materialmente de su silencio -porque habitualmente no tiene nada que decir- al otrora buscado por enriquecimiento ilícito, Ricardo Anaya, conocido por todo México por el bautizo que le dio el Tlatoani López Obrador de “canallín”, quien ni tardo ni perezoso, se sumó a las arengas de Alito y Lilly gritando “voto por voto, casilla por casilla”, lo que provocó la risa y respuesta de sus correligionarios que, ante su confusión, le decían, “no güey, eso es de Obrador”.
El análisis crítico de la renovación de la estructura burocrática del Poder Judicial sólo podrá ser arqueado empíricamente con la procuración e impartición de justicia. Empero, por lo pronto, Morena ya ha percibido que el control sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el mazazo anticipado que le hacía falta ante la sucesión presidencial del 2030.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
